viernes, 28 de marzo de 2014

Negro sobre blanco.

España ha aumentado al doble su pobreza infantil, se le ha disparado la pobreza energética y casi doce millones de personas están afectadas por distintos procesos de exclusión social.

Leo hoy en la prensa que España es el segundo país de la UE con mayor índice de pobreza infantil, solo por detrás de Rumania. La pobreza energética se ha disparado afectando ya a unos siete millones de personas. Esto se traduce en familias que pasan frio en invierno y calor en verano, lo que causa 7.200 muertes prematuras según la Organización Mundial de la Salud. Y casi doce millones de personas están afectadas por distintos procesos de exclusión social. Sin embargo, en España estamos viviendo por parte de los poderes económicos y del Gobierno una etapa de euforia que no se entiende con estos fiables datos.

Según los portavoces del Gobierno, este país está saliendo del túnel, ya se ven los brotes verdes y al parecer estamos en condiciones de crecer este año cuanto menos al doble de velocidad de la que se había previsto. Por desgracia toda esa euforia se traduce en un crecimiento de apenas el 1%, en vez del 0,5%, en una economía profundamente deprimida, con seis millones de parados y con un 55% de paro juvenil. Pero es que además los precios caen, el comercio no vende y se acentúa el riesgo de inflación. ¿Dónde está la recuperación?

Y si profundizamos un poco más, y hablamos de macroeconomía, la deuda pública este año alcanzará el billón de euros, casi el cien por cien sobre el Producto Interior Bruto, y según la Organización de Transparencia Internacional el índice de percepción de la corrupción (IPC) del sector público es de 59 puntos, colocándonos en el puesto 38 de este ranking en el que los países con menor percepción de corrupción ocupan los primeros puestos y nosotros los últimos.

Pero pese a estos datos, el Gobierno sigue diciendo que vamos bien, y pone de manifiesto lo mucho que nos hemos acostumbrado a unas condiciones económicas terribles. Nos va peor de lo que cualquiera hubiera imaginado hace unos años, pero no importa. La gente parece cada vez más dispuesta a aceptar esta miserable situación de reformas, recortes y pobreza como algo normal para este país. Por eso me inquieto y sobresalto cada vez que un trabajador precario dice “mejor esto que nada”, porque entonces el Gobierno y la patronal se saben ganadores al imponer estas nuevas reglas.

¿Como ha ocurrido esto? El premio nobel de economía Paul Krugman dice, que lógicamente, hay varios motivos, pero una causa importante es lo que llama “la trampa de la timidez”. Los buenos son muy tímidos y los malos tienen una confianza absoluta en sí mismos y en sus medidas. Además, están acompañados de grupos influyentes que se oponen ferozmente a cualquier política que suponga la creación de empleo para los parados -necesitan una mano de obra barata-, y que defienden el sufrimiento como método para meter miedo y bajarle la moral a la ciudadanía.

Hay una famosa máxima del escritor americano Upton Sinclair, que dice “es difícil conseguir que un hombre entienda algo, cuando que lo entienda depende de su trabajo, su salario o su situación social”. Las cifras y los datos de este Gobierno, que conocemos cada día, parecen casi una invitación abierta a la lucha de clases, aunque el nombre y el concepto suenen obsoletos, porque todavía existen clases o grupos sociales con intereses diferentes. Y todo lo que está ocurriendo es una demostración del inicio de esa lucha de clases, donde los ricos ya han emprendido la ofensiva.

Ángel Luis Jiménez Rodríguez

lunes, 24 de marzo de 2014

Adolfo Suárez.

Adolfo Suárez ha muerto. Ahora se dirá todo lo bueno y lo malo del hombre del franquismo elegido por el monarca para dirigir la transición desde la dictadura a la democracia. Labor hecha admirablemente porque creía en la democracia, cosa extraña sabiendo de donde venía, y que los rojos en general y los comunistas en particular tenían derecho a ser legalizados y participar en ella.

Adolfo Suarez llegó a creerse tanto la democracia que se atrevió a recordarle al Rey que un presidente de Gobierno era alguien elegido por los ciudadanos, alguien que no dependía del poder borbónico. Eso le complicó la vida. Los lectores de “Anatomía de un instante”, el libro de Javier Cercas sobre el golpe del teniente coronel Tejero, han podido enterarse en muy buena prosa de los desprecios del Rey y de su actitud hostil contra Suárez y algunas de sus actuaciones políticas.

En este árido país, Adolfo Suarez sembró semillas de libertad que germinaban al día siguiente. Abrió las compuertas a los derechos civiles, que llevaban generaciones atrapadas. Encauzó protestas y allanó el camino del poder a todos. Y sin otros instrumentos que su audacia y su visión de las necesidades del país se enfrentaba cada día con poderes invisibles que no aceptaban la democracia.

Adolfo Suarez sufrió mucho incluso físicamente. Tuvo que escuchar la mayor ofensa para un patriota, que alguien le llame traidor haciéndole responsable de los atentados terroristas. Todos los terrorismos posibles, menos el islamita, se dieron cita en su tiempo de gobierno, lo que dificultó y de qué modo la hoja de ruta de la transición pacífica. También padeció la injusticia de quienes confundían al gobernante con el mago, porque decían no tenía soluciones para los  graves problemas de los españoles.

Adolfo Suarez cogió una España de fundamentalismos y en su lugar levantó monumentos al diálogo y la comprensión. Sin embargo, no quiso contar como lo hizo, cuando aun podía,  porque no había perdido la memoria. Se calló para no ofender, para  no darse importancia y para no parecer presuntuoso. Ha sido el único presidente de la democracia española que no ha escrito sus memorias, aunque no podía hacerlo sin contar cuales fueron los poderes invisibles que pudieron con él. No pudieron con nuestra democracia, aunque también lo intentaron.

Descanse en paz Adolfo Suárez, un personaje que pasará a la historia, porque sin él no se puede entender la historia reciente de este país. El hombre que mejor representó el espíritu de la Transición terminaba su aventura política traicionado por sus propios camaradas, que se portaron con él como lobos descarnados. Sin embargo, fue el hombre que hizo nacer la esperanza en este país en unos años muy duros y difíciles, que es lo mejor que se puede decir de un político. Y su receta fue el consenso para verter entre los españoles toneladas de comprensión, tolerancia, entendimiento y solidaridad, que tanta falta hacían.


Ángel Luis Jiménez Rodríguez

domingo, 23 de marzo de 2014

Sin lucha pueden contigo.

Después de la manifestación multitudinaria de ayer 22M en Madrid, la protesta sigue hoy domingo 23M con una asamblea abierta por la mañana y dos nuevas concentraciones el lunes 24M, por la mañana y por la tarde, bajo el lema “Rodea el capital”.
Los pies destrozados de los caminantes, que han estado semanas en el camino marchando hacia Madrid, son un fiel retrato de la situación dramática que viven muchos españoles. En las columnas llegadas a Madrid desde diferentes puntos de España se cuentan cientos y miles con las neveras vacías y la calefacción apagada a fin de mes. Algunos incluso están pendientes de una orden de desahucio que mañana les arrebate su casa.
La gente de la marcha son de diferentes edades y condiciones, y a la mayoría les faltan dedos para enumerar cuáles son sus motivos para manifestarse. Sin embargo, todos tienen un valor básico que defienden con su protesta: La Dignidad. Esta ha sido la consigna que ha unido a  miles de voces con un único reclamo en la marcha hasta Madrid, capital del Estado y de los símbolos del Capital.
Pero con la manifestación de ayer no se acaban los actos programados por este movimiento de la Dignidad. Hoy domingo se celebra una asamblea abierta entre las 11.00 y las 14.00 horas en la plaza del Museo Reina Sofía, donde se debatirán cuáles son las posibilidades de continuar con una iniciativa que ha empujado a miles de personas a echarse la mochila a la espalda y caminar sin importarles cuántos kilómetros les separaban de Madrid.
El lunes también hay convocadas dos manifestaciones, una por la mañana y otra por la tarde. A las 11.30 la protesta “Rodea la bolsa” y sobre las 19.00 dará comienzo otra protesta “Rodea el Capital”, que desfilará frente a la mayoría de Ministerios, desde el de Economía, donde se inicia, pasando por Hacienda y Administraciones Públicas, Empleo y Seguridad Social, Fomento y, por último, Sanidad, Política e Igualdad, con una parada de rigor en el Banco de España.
En la manifestación del 22M hubo una marea de símbolos y lemas contra las reformas y recortes del Gobierno de Mariano Rajoy, entre otros “No nos callaran” “Pan, trabajo y techo” o “Sistema indigno y miserable”. Ayer se manifestaron hombres y mujeres del camino, con muchos rostros e historias detrás, pero unidos todos por un solo manifiesto como eje vertebrador: “No al desmantelamiento sanitario. No al drama de los desahucios. No a los recortes en la educación. No a los seis millones de parados. No a una reforma laboral que facilita el despido. No al pago de la deuda…” Porque sin lucha pueden contigo, porque sin lucha, pero lucha organizada, no hay victoria.


Ángel Luis Jiménez Rodríguez

miércoles, 19 de marzo de 2014

Las elecciones europeas de Mayo.

Quedan dos meses para las elecciones europeas de Mayo, donde nos jugamos mucho, porque será como una especie de plebiscito para la política de austeridad del Gobierno  y de Europa.

Las elecciones europeas del 25 de mayo tienen más trascendencia que otras celebradas anteriormente, porque por primera vez el resultado influye en el nombramiento del presidente de la Comisión y porque serán como una especie de plebiscito para la política de austeridad  de España y Europa. Es más, Elena Valenciano, la candidata socialista, se atreve a decir que si ganan las europeas estarán empezando a ganar las generales del 2015. Aunque en estos momentos es imprescindible tener en cuenta el estado de ánimo de los votantes por la falta de credibilidad de las instituciones españolas y europeas.

Ha llegado la hora de la campaña y de las ideas. Estos comicios tradicionalmente sin interés para los electores, ganan importancia ante la tendencia imparable a la europeización de la política. Un total de 28 países elegirán en cuatro días de votación a 751 eurodiputados. La primera lectura será nacional, pero estas elecciones van más allá, porque la política europea es la política interna en cada uno de los países de la Unión. Los sondeos pronostican un empate entre populares y socialdemócratas, una fuerte subida de la izquierda unitaria y un descenso de liberales y verdes. Y aunque es triste reconocerlo, hay que tener mucha precaución por la pujanza de un crisol de fuerzas políticas euroescépticas, populistas e incluso eurofobas, cuyo “asalto” a las instituciones europeas tiene como único objetivo destruir sus valores, aunque estos valores estén ahora en crisis.

El domingo el PP dio el pistoletazo de salida a la precampaña sin un candidato, lo cual parece un despropósito por lo anormal e increíble. Menos mal que tienen uno en Europa, Jean-Claude Juncker, ex primer ministro luxemburgués. Este social-cristiano debe proteger el relato de la exitosa salida del túnel que publicita el actual mandarinato del euro, ya que fue responsable de su gestión en el Eurogrupo anteriormente. Esa indudable experiencia es también su gran punto débil, teniendo en cuenta que la crisis y sus consecuencias zumbaran en los oídos de millones de españoles y europeos a la hora de votar.
 
En su comité federal del fin de semana el PSOE aprobó con el 96,7% de los votos la lista para las elecciones europeas. El espíritu con el que los socialistas enfocan esta campaña está basado en tres propuestas fundamentales de los socialdemócratas europeos. La primera, una directiva para combatir las brechas salariales entre hombres y mujeres. La segunda, fijar un salario mínimo en todos los países de la UE y, la tercera, actuar contra el fraude y “erradicar los paraísos fiscales”. Además cuentan con un buen candidato para presidir la Comisión, el líder socialdemócrata Martin Schultz, que no ha dudado en criticar la “miopía alemana” en la gestión de la gran recesión, porque la austeridad solo “ha retardado y encarecido la salida de la crisis”. Partidario de dar un golpe de timón, dice que “donde la canciller Merkel habla que necesitamos una democracia acorde con el mercado, yo digo que necesitamos un mercado acorde con la democracia”.

Izquierda Unida dice que hay que estar en contra de la deriva que ha tomado Europa, pero no de lo que significa Europa. Su jovencísimo candidato Alexis Tsipras (Atenas 1974) de la Izquierda unitaria, maneja un mensaje seductoramente simple: las medidas de austeridad son “una barbaridad” y “los países periféricos o del sur no pueden seguir de rodillas”. Es odiado por los tecnócratas de Bruselas por frases como esta: “Pronto nos dirán que prescindamos de la democracia a cambio de préstamos”. No tiene vínculos con los partidos mayoritarios ni de Grecia, ni de Europa, por lo que tiene pocas posibilidades de presidir la Comisión.

Después de este pequeño repaso sobre las diferentes opciones políticas para las elecciones europeas, solo nos queda ir a votar para hacer posible una Europa más responsable y más participativa. Hace falta una Europa más democrática, más igualitaria y más justa, que tome decisiones importantes, pero no impopulares. Porque el problema no es como se dice de las instituciones, sino de las políticas. Y si todavía dudamos sobre a quién votar, ahí están las coaliciones o agrupaciones de electores como Podemos, que tienen su origen en los movimientos ciudadanos como el 15-M y que reflejan un conjunto de propuestas de reformas  coincidentes con lo que debe ser una alternativa de izquierdas. Además, tienen la ventaja de ser la expresión de una democracia participativa directa que complementa a la democracia representativa de los grandes partidos. Así que, como decía un europeísta convencido como Jorge Semprún, ha llegado la hora de practicar Europa.

Ángel Luis Jiménez Rodríguez

martes, 18 de marzo de 2014

¿Es posible normalizar la corrupción?

Hay políticos que con la corrupción y confusión actual se atreven a decir “Si me desprecias, vótame”.

Esta frase electoral parece imposible, pero sin decirla numerosos políticos imputados y despreciados por diversas causas de corrupción se han presentado y han sido votados como alcaldes, diputados o senadores. El sistema no tiene voluntad de afrontar esta cuestión por muchas leyes que se aprueben. No entiendo, ni puedo entender esta situación. Así que esto solo puede tener una extraña explicación, que la ciudadanía acepte la corrupción como algo normal. Normalizar la corrupción para que no sea noticia, aunque se haga crónica la desconfianza y el desprecio en los políticos. Pero la normalización es una figura totalitaria utilizada mucho en el régimen anterior, ¿queremos volver a esa época?

Normalizar la corrupción es la única opción posible para el partido del Gobierno, ya que está atrapado en una red de corrupción estructural (Gurtel) y en una práctica irregular de sus finanzas durante décadas (Bárcenas). Nos dicen continuamente que la mayoría de los políticos son gente honesta y los corruptos son pocos. Pero aunque fuera cierto, y en parte puedo aceptarlo, esos pocos están tan bien situados que lo corrompen todo, y esa es la imagen que percibimos los ciudadanos. Según la mayoría de las encuestas el 96% de los españoles creen que la corrupción está generalizada. Sin embargo, la línea defensiva del PP es otro error, pues la solidaridad entre ellos es interpretada por la ciudadanía como una reacción corporativa y normal de la clase política.

También hay que tener muy claro que no hay corruptos sin corruptor. Y que si nadie pagara, el corrupto dejaría de pedir. La corrupción es cara y arruina la confianza de todos. Y lo más grave, pone en peligro la democracia y favorece la deriva autoritaria. Por tanto, no podemos aceptar que la política sea un espacio de excepción en el que la moral no rige, ni que su ley sea el poder, pero menos que la economía sea otro territorio de excepción y que el único criterio válido sea la cuenta de resultados, ya sea para la empresa o el empresario. Los empresarios nunca se sacian, nada les parece bastante. Los negocios son los negocios, y según dicen no deben existir barreras en la búsqueda del beneficio. Entonces, cómo podemos sorprendernos de que la corrupción sea y esté tan generalizada, si es lo normal en el sistema. Así que a corto plazo hay que capear el temporal, pero a medio y largo hay que cambiar de pensamiento, ideas y lenguaje para poder acabar con la corrupción.

Ángel Luis Jiménez Rodríguez

sábado, 15 de marzo de 2014

Quién tenga algo que decir, que dé un paso al frente.

En el problema catalán hay dos tipos de liderazgos políticos: el de los que no quieren hablar y el de los que no pueden hablar.

En enero Mariano Rajoy declaró que estaba completamente dispuesto a dialogar sobre el encaje de Cataluña en España, pero la actitud del presidente catalán, Arthur Mas, hacía “imposible” cualquier entendimiento. La respuesta de Mas fue igual de elocuente. Aseguró que él tenía la mejor voluntad de dialogar, pero no era posible por culpa de la negatividad de Rajoy. O sea, los dos querrían. El único problema es que ninguno quiere de verdad.

Desde la explosión soberanista de 2012, el Gobierno de España y la Generalitat de Cataluña, Rajoy y Mas, están jugando una partida con las cartas marcadas. Al movimiento de una de las partes, replica la otra lo contrario de forma automática, pero conociendo unos y otros de antemano cuáles son sus intereses y las reacciones de sus contrarios. Pero a mí, a veces, me da la impresión de que ambos no saben a qué están jugando. Y esto es muy serio.

Esta semana ha transcendido la respuesta formal del Ejecutivo de Rajoy al Parlamento catalán, que había pedido la delegación de competencias para celebrar el tan manido y reclamado referéndum sobre ese fantasmal derecho a decidir y que no está reconocido en ningún ordenamiento jurídico. En su escrito el Gabinete de Rajoy fija posición sobre el tema y arguye que la consulta no puede hacerse al conculcar dos artículos de la Constitución, el 1.2 que especifica “La soberanía nacional reside en el pueblo español” y el 141.3 que consagra la competencia del Estado como única autoridad para celebrar referendos consultivos de especial trascendencia.

El criterio de la Moncloa no causo precisamente sorpresa en la Generalitat. Arthur Mas en un acto institucional el pasado sábado dio su particular visión sobre el origen de esta dialéctica. A su juicio, el conflicto soberanista está visualizando un enfrentamiento entre “dos sistemas de valores distintos”. Decía que la reacción de Madrid estaba basada en el ordeno y mando, mientras la catalana se sustentaba en el trato y el pacto.

Pero en el fondo nadie reflexiona sobre los desgarros que en la convivencia entre catalanes, y entre catalanes y españoles, está dejando la falta de diálogo entre Rajoy y Mas, porque detrás de ese anhelado diálogo, tan improbable como quimérico, se abre un tiempo en el que seguramente nos aguardan incógnitas, incertidumbre y bastante dolor, ya que nos jugamos mucho.

Estamos en un tiempo en el que los medios de comunicación están en una batalla diaria por ver quién gana en la transmisión del combate entre los que no se hablan pero dicen que hay que hablar. Mientras tanto tenemos una incertidumbre que esconde una certeza: los que están llamados a hablar no quieren hacerlo, y sin embargo saben hacerlo. Pero, también debemos tener muy claro que el diálogo no es la meta, sino un medio para alcanzar un fin.

Sin embargo, Rajoy y Mas, en este último año, han ido demostrando que no quieren o no pueden hablar, según quien pregunte. Porque Rajoy en Barcelona y posteriormente en Valladolid dijo que no hablaría con Mas y mandó callar a Rubalcaba. Pero Mas habló con Felipe González en el programa Salvados de Jordi Évole en la Sexta y después con la Presidenta andaluza Susana Díaz.

Y si hablan con otros, ¿por qué no hablan entre ellos? O bien callan porque ya dieron el paso al frente y se lo han dicho todo o bien es porque ninguno tiene nada que ganar con este dialogo. Rajoy, fiel a su estilo, calcula que no necesita hacer nada. Le basta con negarse a mover ficha hasta que los planes secesionistas de Mas se estrellen por su propia fuerza contra la Constitución, la Unión Europea, el déficit, la incertidumbre y, en suma, los inconvenientes prácticos.

Mas tampoco necesita ningún acuerdo, dice que lo respaldan dos tercios del Parlamento catalán y movilizaciones públicas de hasta un millón de personas de una población de siete, y que Cataluña, estrictamente hablando, ya es un Estado. En el país de los mudos, cada uno de ellos vive en una realidad distinta pero paralela y no se dan cuenta que se avecina un choque de trenes. Pero lo más probable es que cada uno descarrile por su lado.

A fin de cuentas, los ciudadanos son los únicos que están realmente preocupados por este choque de trenes. Pero, ¿a los políticos como Rajoy y Mas les preocupan los ciudadanos? ¿Y la incertidumbre, zozobra y dolor que están pasando por esa falta de diálogo? Creo que no.

Ángel Luis Jiménez Rodríguez


martes, 11 de marzo de 2014

La Declaración del Milenio.

Avanza el año y cada día queda menos tiempo -2015- para cumplir con la Declaración del Milenio de Naciones Unidas.

La Declaración del Milenio es un compromiso firmado el 8 de septiembre del año 2000 por 189 jefes de Estado en la sede de Naciones Unidas en Nueva York para reducir la pobreza, el hambre, la mortalidad infantil, la discriminación contra las mujeres y otros loables objetivos.

La mayoría de los ciudadanos, que se enteraron en su día de esta declaración, no se la creyeron y con razón, porque los políticos nos han educado para no creerlos. Y mucho menos cuando se reúnen cada mes de septiembre en Nueva York para participar en la Asamblea General de la ONU con esos aburridos discursos, hipócritas y mentirosos.

La Declaración del Milenio del año 2000, una vez firmada, fue rápidamente desplazada de los medios de comunicación por otras noticias de actualidad como la intifada en Palestina, Sadam Husein e Irak, la elección de Hillary Clinton como senadora o las elecciones norteamericanas entre G.W. Bush y Al Gore.

Sin embargo, desde ese septiembre de hace 14 años hasta hoy la humanidad ha experimentado un avance en la reducción de la pobreza en la historia: 500 millones de personas salieron de la miseria en la que vivían, la mortalidad infantil cayó en un 30% y las muertes por malaria en un 25%. 200 millones de habitantes de los barrios más pobres del mundo tuvieron acceso a agua, cloacas y mejores viviendas según los datos de Naciones Unidas.

Este progreso se debió a muchos factores como las altas tasas de crecimiento económico, especialmente en Asía, el mayor gasto público en salud y unas políticas sociales más eficaces. Además, la expansión del comercio internacional y las inversiones extranjeras en India y China también contribuyeron al enorme alivio de la pobreza en esos países.

No podemos negar que la adopción generalizada de la Declaración del Milenio fue un paso  importante, pues Gobiernos y organismos internacionales se comprometieron a cumplir esas metas para una fecha concreta, el año 2015. Sin embargo, los 60 indicadores establecidos para medir los avances de los ocho objetivos han dado resultados muy dispares, lo que era de esperar.

La reducción a la mitad del número de personas en extrema pobreza y el aumento de personas con acceso al agua potable son objetivos que se alcanzaron antes del plazo estipulado, pese a la crisis económica mundial que estalló en 2008. Otros objetivos no podrán alcanzarse en 2015, y en algunos ni siquiera hubo avances, como por ejemplo en la reducción de las emisiones de dióxido de carbono, que contribuyen cada día más al calentamiento global. Por tanto, no hay duda de que habrá que continuar con el esfuerzo, revisando metas y, seguramente, añadiendo otras para no llegar al colapso que nos viene con el cambio climático.
   
Para revisar la agenda de la Declaración del Milenio el secretario general de la ONU nombró un panel de personas eminentes y expertas que redactaron un informe donde decían para su sorpresa que “se ha acentuado la interdependencia de los países pobres y los ricos, que siempre existió, pero que ahora es más profunda que nunca”.

Los expertos sabían que hay una variedad de problemas que los países ricos y pobres deben enfrentar juntos y de manera concertada. Pero la novedad es que algunos de los problemas  característicos de países menos desarrollados son ahora comunes en los países más ricos.

La desigualdad económica es quizás el ejemplo más notable. En muchos países pobres la desigualdad es la situación “normal”, pero ahora se ha hecho presente de manera notable en todo el mundo. Las altas tasas de desempleo en Europa, sobre todo en los países del sur más afectados por la crisis, no tienen nada que envidiarle al desempleo crónico que tan común es en los países pobres y de menores ingresos.

No cabe la menor duda, hay que hacer algo en España, Europa y el Mundo ante tantos millones de personas tocadas por el paro, la pobreza y la exclusión. En 2015 necesitamos un milagro parecido al que hubo en el año 2000 con la Declaración del Milenio, ya que en los siguientes diez años se mejoró la vida de cientos de millones de pobres del todo el planeta. Aunque esta vez también habría que incluir en el milagro a muchos de los países más desarrollados.

Ángel Luis Jiménez Rodríguez

domingo, 9 de marzo de 2014

Las mentiras del PP sobre la línea Algeciras-Bobadilla.

Este año el presidente provincial del PP de Cádiz, Antonio Sanz, se va a llevar el premio especial de los carnavales al discurso más chirigotero y mentiroso por las engañosas informaciones que ha vertido sobre la línea de ferrocarril Algeciras-Bobadilla.

Ayer su discurso sobre el Plan de Infraestructuras y Transportes del Ministerio de Fomento 2012-2024 (PITVI) era todo mentira. La primera gran mentira situaba al alcalde y diputado Landaluce como líder de la lucha a favor del ferrocarril Algeciras-Bobadilla. Sin embargo, la actitud de Landaluce ha sido en todo momento negativa y cuando se ha visto obligado a actuar ha sido el último de la fila, aunque debería haber sido el primero en asumir y solucionar el “cuello de botella” que tiene el Puerto de la Bahía de Algeciras para sacar sus mercancías y así poder crecer como primer puerto del país y del mediterráneo. Premisa para generar más empleo para la Comarca.

La segunda mentira fue decir que el Gobierno del PP desde el principio ha sido muy sensible al diálogo con los ciudadanos y a las necesidades de la Comarca para abordar la elaboración del Plan de Infraestructuras (PITVI). Sin embargo, los agentes sociales y los ciudadanos remitieron alegaciones en enero del 2013 y enero de 2014 que no se han tenido en cuenta en el borrador previo, y tampoco parece que vayan a ser tenidas en cuenta ahora. Aunque estas alegaciones están en consonancia y de conformidad con la Red Transeuropea de Transportes, y la nueva propuesta de Red Básica aprobada por la Unión Europea a finales del año pasado sobre el tramo Algeciras-Bobadilla como parte esencial de los Corredores Ferroviarios: Atlántico y Mediterráneo. Al final Europa tendrá que resolver este conflicto y España de nuevo habrá hecho el ridículo.

La tercera mentira es afirmar que el Gobierno anterior nada hizo, aunque también dice que las obras hechas -por fin lo reconocen-, las han dejado sin pagar y las pagara ahora el Gobierno del PP. No sé si será así, pero si lo fuera, no pagará el próximo Gobierno lo que el actual deje aplazado de pago. Aunque lo más importante es que los gastos estén consignados en los Presupuestos Generales, y esos gastos si lo estaban. Pero lo más molesto por engañoso es cuando omiten que el presupuesto inicial de las obras ya realizadas en la línea Bobadilla-Algeciras superaba los 200 millones de euros. Solo en los tramos Ronda-Algeciras el presupuesto inicial ya superaba los 150 millones de euros y con un plazo de ejecución de tres años según el BOE de 13 de febrero del 2008. Las obras licitadas, adjudicadas y realizadas son los subtramos de Ronda a Cortes de la Frontera y de Cortes de la Frontera a San Pablo de Buceite. El último subtramo, San Pablo de Buceite-Algeciras, lo tiene paralizado el PP por falta de consignación presupuestaria. Dinero que el Gobierno ha desviado a otras zonas del Estado, especialmente a la costa levantina. Así que no más mentiras, hay que decir la verdad y que cada palo aguante su vela.

Ángel Luis Jiménez Rodriguez

martes, 4 de marzo de 2014

Los jóvenes y Europa.

Este semana se reunieron en Roma los líderes socialdemócratas europeos para  abordar las causas del empleo juvenil como la madre de todas las causas, porque Europa no aguantará si los jóvenes europeos siguen lejos del proyecto de la Unión.

Una nueva generación está creciendo en la Unión Europea con un nivel de vida más bajo que el de sus padres. La juventud europea se enfrenta a una elección, o se integra aceleradamente o va a la deriva prolongada hacia la insignificancia y el paro. Las elecciones europeas de Mayo no van a cambiar Europa. Europa únicamente cambiará cuando los candidatos políticos para los Gobiernos de sus países tengan una mentalidad europea y estén de acuerdo en delegar el poder a unas instituciones verdaderamente europeas, justas y solidarias.

En democracia la política ha consistido siempre en un equilibrio entre lo que el pueblo espera y lo que realmente funciona. Sin embargo, en Europa se ha tratado demasiado sobre lo que le gustaría a cada nación que fuera el mundo y demasiado poco sobre aquello que produce resultados tangibles para la gente. En lugar de litigar sobre cuáles son las políticas preferibles, necesitamos un esfuerzo paneuropeo para determinar las mejores prácticas europeas en cada sector y adoptarlas en todo el continente. Porque las soluciones para nuestros problemas actuales tiene que ser transnacional, o no será.

Un viejo proverbio judío dice que “cuando te enfrentes a dos alternativas elige la tercera”. No se trata de sustituir la gerontocracia de Europa por una dictadura de los jóvenes. Si no de un movimiento de todos aquellos que, independientemente de su edad, están de acuerdo en producir un importante desplazamiento intergeneracional del poder. Necesitamos que los jóvenes y los menos jóvenes trabajen juntos de una manera nueva y con un sentido de la libertad y de civilización distinto.

No hay un solo cambio social importante hecho sin el protagonismo de los jóvenes. La democracia en nuestro país no la trajeron un rey condescendiente y unos señores encorbatados, sino miles de jóvenes que hicieron de la libertad su bandera y su forma de vida.  Un sueño que la derecha más conservadora no puede arrebatarnos ahora proclamando el fin de los derechos sociales y del estado de bienestar, y convirtiendo la mayoría de los servicios públicos en negocios privados.

Tanto Europa como este país son de los jóvenes, porque ellos son el futuro. Es necesario decirlo, gritarlo e imprimirlo. No podemos aceptar con naturalidad la salida de los jóvenes de nuestro país y su no participación en el diseño de nuestro futuro. Nuestra historia individual es colectiva, de todos, jóvenes y menos jóvenes. Así que los jóvenes tienen que unirse en toda Europa para echar de nuestras vidas las viejas políticas, esas políticas obsoletas que tanto daño nos han hecho. Se necesitan métodos y políticas nuevas e innovadores para dejar atrás las crisis y tantos errores del pasado. Los jóvenes tienen hoy un reto que es recuperar la fe en su capacidad para modificar la realidad. Así que, sin ninguna duda, ha llegado la hora de los jóvenes.

Ángel Luis Jiménez Rodriguez

domingo, 2 de marzo de 2014

Todo para el norte y nada para el sur.

En Suiza el referéndum de estos días, que limita la circulación de personas, puede afectar a otro de los años noventa que acordaba grandes obras de ingeniería en los Alpes para mejorar las infraestructuras entre el norte y el sur de Europa.

Suiza con el referéndum de estos días para establecer cuota a la llegada de emigrantes ha reavivado viejos temores latentes en Europa. Es como una señal de alerta sobre quién o qué votar en las próximas elecciones europeas y sobre el peligro que corre la libre circulación de personas. Se está diezmando el contrato social de las últimas décadas y poniendo en peligro cada día más el Estado de bienestar.

Pero cuál es la respuesta europea a ese desafío de deconstrucción del proyecto europeo que pone en crisis la solidaridad de Europa. Ninguna. La Comisión dice que no puede ser tan dura como para alimentar el victimismo suizo, ni tan blanda como para permitir que Londres piense que salen gratis las medidas que vayan contra el espíritu y las normas más sagradas de la Unión Europea.

Sin embargo, este referéndum puede poner en peligro los acuerdos de los años noventa entre el país alpino y la Unión Europea, de enorme importancia para Suiza -desviar el tráfico vehicular hacia la vía férrea- y para las infraestructuras europeas -dar salida hacia el sur de las mercancías del puerto de Rotterdam-. De hecho, dieron lugar a la construcción del túnel de base San Gotardo, obra faraónica de ingeniería por su longitud -57 kilómetros-, que cuando esté terminado finalmente, probablemente entre el 2016 o 2017 (aunque se estima que pueda estar finalizado antes), conectará el sur de Alemania con el norte de Italia y beneficiará directamente a 20 millones de habitantes del sur de Alemania, Suiza, el norte de Italia y el Puerto de Rotterdam.

Este eje de conexión entre el norte y el sur de Europa, que apuesta por desviar el tráfico vehicular hacia la vía férrea, es sólo el primero de tres grandes proyectos de túneles similares; el segundo, conectará Lyon (Francia) con Turín (Italia) y el tercero unirá Austria con Italia, siempre y cuando no se vean afectados por los inminentes recortes presupuestarios en obras públicas que actualmente se está produciendo en la Unión Europea. Ante la grandeza de estos proyectos de infraestructuras europeas por sus presupuestos e ingenierías, cómo el Gobierno Español y la Unión europea pueden ser tan cicateros y escatimar hasta lo poco que dan al tramo ferroviario Algeciras-Bobadilla, tramo que forma parte de de dos de los Corredores ferroviarios de la Red Básica Europea: Mediterránea y Atlántica. ¡Ay! pobre Sur.  

Ángel Luis Jiménez Rodriguez