jueves, 30 de enero de 2014

Susana se fue a Bruselas.

Susana Díaz se fue a Bruselas para entrevistarse, como jefa del Ejecutivo andaluz, con Durao Barroso y con el comisario europeo de Política Regional.

La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, estará hoy y mañana en Bruselas para mantener sendos encuentros con el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, y el comisario de Política Regional, Johannes Hahn, con el objeto de abordar asuntos comunitarios con repercusión en la comunidad autónoma. Esta es la segunda visita de la presidenta andaluza a Bruselas. En su intervención ante el Pleno extraordinario del Parlamento andaluz de la pasada semana, Díaz se refirió a la reunión con Barroso apuntando que la voz de Andalucía "debe oírse en la capital comunitaria fuerte y clara", porque son "muchos los intereses de nuestra tierra a tratar allí".

El portavoz del Ejecutivo andaluz, Miguel Ángel Vázquez, indicó ayer que la presidenta acude a Bruselas con cuatro importantes temas sobre la mesa después del "reparto arbitrario" de los fondos que ha llevado a cabo el Ejecutivo español. Estos son el reparto de fondos europeos para promoción de empleo juvenil, la conexión ferroviaria al puerto de Algeciras, el reparto de fondos europeos y la Política Agraria Común (PAC).

Esta visita era obligada si queremos que se resuelvan estos temas tan importantes para el crecimiento y desarrollo de Andalucía, pues no solo se está haciendo un reparto arbitrario por parte del Gobierno de los fondos europeos, sino que también son arbitrarios y discriminatorios los presupuestos nacionales para inversiones en infraestructuras ferroviarias o de carreteras, que ahora también tienen que pasar por Bruselas.
En 1986 la consultora norteamericana Betchel  entregó un informe a la Junta de Andalucía donde ya decía “Entre los factores que son un obstáculo en el Campo de Gibraltar para ser un lugar de comercio y progreso, el principal es la falta de unas infraestructuras adecuadas de comunicaciones”. El informe Betchel centraba su valoración negativa en el estrangulamiento de las comunicaciones terrestres, vía carretera o ferrocarril del Campo de Gibraltar.

Transcurridos más de veinticinco años seguimos igual: hablando, discutiendo, reclamando y no resolviendo problemas por la falta de voluntad política para poner en valor esa renta de situación y esta zona privilegiada que es el Campo de Gibraltar. Y es que las inversiones adecuadas en infraestructuras permitirían el progreso, el desarrollo y la creación de empleo demandada en esta zona.

Ya es hora de que los presupuestos del Estado Español recojan las inversiones necesarias para la conexión del Puerto de Algeciras con la red ferroviaria europea a través de la línea Algeciras-Bobadilla. Y que ésta sea el enlace de una infraestructura clave como es la del Puerto de la Bahía con los grandes ejes de desarrollo continental.

Además, así lo indicaba el comisario europeo de Transportes, Siim Kallas, en una respuesta a la iniciativa presentada por el eurodiputado español Willy Meyer. “El Reglamento sobre las orientaciones relativas a la red transeuropeas de transporte, propuesto por la Comisión y aprobado el 19 de noviembre de 2013 por el Parlamento Europeo, incluye la conexión Algeciras-Bobadilla-Madrid tanto en el corredor Atlántico como en el Mediterráneo. Esta conexión está plenamente en consonancia con la política de la Red de Transportes Europeos (RTE), como pone de manifiesto la obligación de que todos los puertos principales estén conectados a la RTE, al menos por ferrocarril y carretera”.

El comisario también se ha comprometido asegurando que “en el marco de los planes para los corredores, se determinarán las prioridades y acciones específicas para la activación de los mismos. Esta conexión se incluye reiteradamente en la lista preliminar de proyectos receptores de ayudas de la Unión, que figura en el anexo I del Reglamento sobre el Mecanismo Conectar Europa, que establece que las obras del Corredor Atlántico a su paso por Andalucía, desde Algeciras hasta Madrid, empezarán antes de 2015 y deberán finalizar en 2020”.

Así que la presidenta andaluza solo tiene que repetir en Bruselas el dicho popular: “Blanco y en botella…” Y si no la entienden, lanzarles el mensaje de que “el mundo está cambiando y es claro en el agua”, pero también en el Puerto de Algeciras.

Ángel Luis Jiménez Rodriguez

viernes, 24 de enero de 2014

Una carta engañosa y mentirosa.

La carta enviada por la ministra Fátima Báñez para tranquilizar a los nueve millones de pensionistas españoles ha resultado contraproducente, pues nos ha intranquilizado más a todos los pensionistas.


Todos los pensionistas de este país hemos recibido o están a punto de recibir una carta de la ministra de los pensionistas, Fátima Báñez García, informando de que las pensiones han aumentado entre un 0,25  y un 0,50 por ciento. Y recordando que el pasado año, y a pesar de la difícil coyuntura económica, las pensiones subieron el 1 o 2 por ciento dependiendo de su cuantía. Lo que no dice es cuanto se incrementó el IPC, el IVA o los impuestos indirectos. Ni la pérdida sufrida ese año en el poder adquisitivo de los pensionistas.
También nos dice la ministra “que ha entrado en vigor una nueva fórmula de revalorización de las pensiones que garantizan que éstas subirán todos los años sea cual sea su situación económica y que nunca podrán ser congeladas”. Termina la carta con un compromiso, “seguimos trabajando para conservar un sistema de pensiones, solido, estable y solidario de todos y para todos”.
Cuantas mentiras y engaños en un texto tan breve. Por favor, “señora” ministra, no nos tome el pelo que no somos tontos. Hay énfasis que delatan, y rotundidades que nos llevan a no creer nada de lo que nos dice. Sobre todo al subrayar que el nuevo sistema de pensiones es “solido, estable y solidario”, cuando todos sabemos que es lo contrario y que, por lo tanto, nos está mintiendo.
A los ministros de este Gobierno les pierde la ebriedad de la mayoría absoluta. Les pasa como a ese gente que borracha revela su verdadera personalidad, y entonces nos muestran su aspecto más mediocre, manipulador y mentiroso. Sobre todo cuando aplican la máxima de este Gobierno, “Legislar es recortar”, sin pensar que casi el 30% de los hogares españoles tienen como sustento a un pensionista.
Me pregunto dónde estarán los 70.000 millones de euros del fondo de reserva de las pensiones que recibió este gobierno al llegar al poder, porque ni informan, ni explican quién se lo está comiendo. O es que se invierten para que esos héroes nacionales que dicen crear riqueza sigan creando pobreza entre las clases bajas y medias y beneficiándose de la desigualdad del sistema.
Un pueblo que no respeta a sus mayores, ya sean jubilados o pensionistas, está perdiendo su memoria y negando su futuro. Y eso es lo que hace la “señora” ministra con sus medidas de ahorro. El Gobierno calcula que con sus ajustes se ahorrarán en el nuevo sistema de pensiones cerca de 33.000 millones de euros entre 2014 y 2022. ¿Para quién?
También nos dicen que la esperanza de vida será clave en las pensiones futuras. Pero la realidad es que como las expectativas de vida aumenten en el futuro, las pensiones serán todavía más bajas. A la ministra y a los patriotas de este Gobierno ya solo les falta pedirnos un día que por patriotismo “NO vivamos muchos años”, algo parecido a lo que dijo el ministro del ramo Japonés a sus pensionistas.

Menos mal que la oposición ya ha manifestado su rechazo unánime al sistema de pensiones aprobado. Y está convencido de que el Ejecutivo alberga con estas medidas una "maniobra" para "consumar la muerte del sistema público de pensiones" y después privatizarlo. Sin embargo, la oposición asegura que esta reforma no tendrá larga vida, porque este mal gobierno caerá y entonces, será derogada. Dios los oiga.

Ángel Luis Jiménez Rodríguez

lunes, 20 de enero de 2014

No es país para fatalistas.

Todo discurso fatalista, además de quedarse inmerso y bloqueado en su propia negación, acaba siendo cómplice de este Gobierno oscurantista y poco transparente.
Hay gente que parece exhibir cierto regodeo en pronunciar frases como “todos son iguales” o “lo mismo roban unos que otros”. Parece que así se confirmara su fe oscurantista, ratificada en  la negación de cualquier conato de optimismo. Mi impresión es que ese discurso fatalista, además de quedarse inmerso y bloqueado en su propia negación, acaba siendo cómplice del oscurantismo gubernamental. La estrategia de este Gobierno, inmerso en el mayor escándalo de corrupción de la democracia, parece sencilla: asegurar que los ciudadanos no solo vean recortadas sus garantías de protesta, sino también su ánimo, para acabar hundiéndolos en un fatalismo crónico. Por eso, limitan el derecho de manifestación siguiendo el procedimiento habitual, es decir, declarando que para afianzar derechos y libertades se coartan derechos y libertades. Pero una vez más se equivocan, este no es país para fatalistas.
Decía Albert Einstein que “no pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo” y “es en la crisis donde nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar superado. […] Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto, trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla.”
En relación con esta larga cita, y si algo hay que decir de los vecinos de Gamonal y de otros vecinos y barrios de este país, es que se está en plenitud de inventiva, se está acertando con la estrategia, se está trabajando duro combatiendo el conformismo y, finalmente, se está promoviendo la crisis para acabar con la crisis que imponen las élites económicas y sus élites políticas subordinadas. Por eso, este no puede ser el tiempo de los tibios, ni el de a los que todo les da igual y mucho menos el de los que creen que es un signo de educación cederle el paso a quienes estén dispuestos a ocupar nuestra casa, nuestra calle o nuestro barrio y no devolvérnoslos nunca.
Aprovechemos este conflicto social para obligar a cambiar las formas de hacer política, para infundir esperanza, aunque sea ciega y esté encadenada, para inflamar el grito visionario que nos saque a la calle e impulse nuestra soberanía, la de la clase trabajadora, la de la gente corriente, la del pueblo. El poder popular creado a raíz de este conflicto en Burgo y en otras ciudades españolas no debe disolverse, sino fortalecerse y dar un salto adelante, apostando por desarrollar marcos de decisión popular para que no nos roben ni el presente, ni el futuro, y que los ciudadanos decidamos siempre sobre ambos. Generar poder popular es generar poder social, cultural e institucional para derrotar el poder de los que se dicen poderosos, pero que en realidad no lo son. 

Ángel Luis Jiménez Rodriguez

jueves, 16 de enero de 2014

¿De quién es la calle?

La violencia nunca es gratuita, ni tampoco surge de la nada, siempre hay causas.
Los vecinos del barrio de Gamonal en Burgos han dicho que no van a dejar sus calles en manos de especuladores y corruptos, en un proyecto de bulevar que les deja sin aparcamiento, además de no ser prioritario y tener un coste excesivo. Lo mismo está ocurriendo en otros barrios y pueblos de España, donde los vecinos se encierran en un ambulatorio para que no lo cierren o disminuyan sus plantillas, exigen colectores para solucionar inundaciones, bloquean  derribos innecesarios, paralizan desahucios crueles, abuchean a alcalde de visita en sus barrios abandonados, salvan una fiesta popular o se reapropian de instalaciones abandonadas o pisos vacíos.
La violencia nunca es gratuita, ni tampoco surge de la nada dice Noam Chomsky. En Burgos la gota ha colmado el vaso y se ha desbordado cuando menos se esperaba. Esto prueba que la temperatura de la calle está al rojo vivo. Los políticos con su despiste general creen que hay zonas donde no pasa nada, zonas calmadas y enfriadas, pero cuidado con tirar cerillas porque hay muchos charcos de gasolina. Y no es una metáfora. Lo de Gamonal demuestra otra vez que la gente no está para bromas, que está a la que salta, que ya no pasa una… en sus calles.
El episodio del barrio de Gamonal y otros recientes demuestran que la gente existe y hay que contar con ella. Aunque la resistencia ciudadana se haya replegado, sigue en sus barrios, en sus calles, en sus casas dispuesta a defender con uña y diente lo suyo, lo poco que le están dejando. Tal vez no tenga fuerza suficiente contra la privatización sanitaria, los recortes sociales o la ley del aborto y tienen que esperar a las urnas, pero por sus calles no pasaran. Existe un rearme en el movimiento vecinal y surgen por todas partes las asambleas de barrio, continuadoras algunas del 15-M, que no está desaparecido sino que dejó la Puerta del Sol para irse a los barrios.

En esa lucha de la calle contra Lacalle -apellido del alcalde- el pueblo de Burgos ha gritado libertad y ha exigido sus derechos. Una ciudad aparentemente muy conservadora y católica donde nadie y menos el PP podía imaginar que surgiera un estallido así. Pero olvidaron algo fundamental, que ahora existen internet y las redes sociales donde la información no se puede manipular y controlar como antes. En Burgos como en otras ciudades y pueblos de España los ciudadanos están tomando conciencia de su fuerza. Y saben que no tienen muchos medios para combatir las armas de destrucción masiva que les lanzan alcaldes y ministros, pero tienen claro que si quieren ocupar las calles tendrán que conquistarlas casa por casa.  

Ángel Luis Jiménez Rodriguez

viernes, 10 de enero de 2014

La educación en España.

La educación en España no es catastrófica, sino mediocre” decía anoche José Antonio Marina en la UNED de Algeciras. Y aunque haya avanzado mucho en muchos aspectos se ha quedado estancada. Por lo que pensar que la educación va a cambiar por cambiar una ley es una ingenuidad o una ignorancia.

Teniendo en cuenta que nuestra cultura “se basa en la necesidad de crear y resolver problemas”, el filósofo y escritor José Antonio Marina abogó anoche por “educar el talento” o lo que es lo mismo “educar la capacidad de tener buenas ideas y adiestrar el inconsciente” para “enfrentarse eficientemente a cualquier problema”.

Como destacó durante su intervención en el salón de actos del centro de la UNED, sólo así se puede desarrollar la creatividad, que, a su juicio, es algo que se puede educar. “Crear es un hábito y, como todos los hábitos, requiere un proceso de aprendizaje” advirtió Marina, para quien, en el fondo, “no siempre gana el que tiene mejores cartas, sino el que sabe jugar de la mejor forma posible con las cartas que tiene”. De ahí que, según el también profesor, resulte fundamental incentivar la inteligencia creadora. Porque en realidad también aquí subyace la búsqueda de la felicidad. Y en su opinión, a ella se llega con la satisfacción armoniosa de “tres necesidades: el placer (pasarlo bien) o la comodidad, la vinculación afectiva y el reconocimiento y la necesidad personal de progreso”.

Anoche Marina señaló que hay épocas más estables, tiempos en los que las aguas de los sucesos parecen remansarse. Otros en cambio, como los que vivimos, se caracterizan por cambios vertiginosos, por el desmoronamiento de sistemas que hasta ayer creíamos sólidos. Y pocas veces como ahora fueron tan necesarios el talento, la inteligencia, la creatividad… la capacidad del ser humano, en suma, de ganarse el futuro. Talento, inteligencia, creatividad, educación, conceptos con los que Marina viene trabajando desde hace muchos años y que lo han convertido en el mayor experto español en la materia. Sus estudios le han llevado a elaborar una Teoría de la Inteligencia que parte de la neurología y concluye en la ética.

Además ha puesto en práctica los conocimientos adquiridos con la creación de la Universidad de Padres. Esta institución es un intento global de mejorar la educación en España, de colaborar en la formación de los hijos y de involucrar a toda la sociedad en este aspecto clave de nuestro desarrollo. Sobre educación lo más interesante que había oído era un proverbio africano “Para educar a un niño hace falta la tribu entera”. Su corolario sería “para educar Bien a un niño hace falta una Buena tribu”.

Finalizó diciendo que no podemos enfrentarnos a problemas nuevos con remedios viejos. De hecho, la creatividad no es solo tener muchas ideas, sino ser capaz de evaluarlas correctamente para que estas contengan novedades valiosas. Porque no sabremos cómo generamos las ideas, pero sí cómo educar una parte de nuestra inteligencia para que tenga buenas ideas. La crisis económica es consecuencia de una serie de innovaciones que alumbraron los financieros, pero sin calcular sus efectos, lo que nos han metido en este lío. No se trata únicamente de innovar por innovar, necesitamos creatividad económica y política, sustituir las fórmulas que se han demostrado agotadas y definir claramente cuáles son las metas y proyectos auténticamente valiosos para nuestra sociedad. 

Ángel Luis Jiménez Rodríguez

martes, 7 de enero de 2014

Otro agravio más.

Otro agravio más para los algecireños, que ven como su Puerto se queda atrás en las mejoras ferroviarias necesarias, cuando el Gobierno de la Nación financia la mejora de los ferrocarriles del otro lado del Estrecho.
Desde que se plantearon las mejoras de las comunicaciones férreas con Europa a través de los ejes atlántico y mediterráneo, el Gobierno del PP apostó por el desarrollo del enlace mediterráneo y los puertos de Valencia y Barcelona, que técnica y económicamente no son los más rentables para los intereses generales del país. Sin embargo, por razones no explicadas se han destinado 3.000 millones de euros al enlace mediterráneo y 50 millones al acceso central, que interesa a Algeciras por sus enormes expectativas de empleo y desarrollo para esta Comarca y Andalucía.
La actitud del PP -nadie se ha opuesto a este planteamiento- parece una vendetta a las continuas derrotas electorales que la ciudadanía andaluza les ha infligido en los más de 30 años de autonomía. Una venganza por la incomprensión social que han sufrido sus ideas y sus líderes cuando recorrían sus calles pidiendo un gobierno de derecha para Andalucía. No puedo pensar otra cosa con su actitud.
No les bastaba o les parecía insuficiente el castigo que nos infringen en los presupuestos Generales del Estado, que ahora han llegado un poco más lejos. Y nos afrentan apostando dinero público -el dinero de todos, incluido el dinero de los andaluces- para satisfacer sus intereses políticos más de lo que dicta la razón y la praxis del buen gobierno.
Ha sido el presidente del Puerto de Algeciras, el que ha tenido que salir a la palestra para calificar como “nuevo agravio” la aprobación por el Consejo de Ministros de la financiación de los trabajos de señalización ferroviaria del eje Casablanca-Tánger Med. Lo mismo que todos los días se está pidiendo para el tramo ferroviario de Algeciras a Bobadilla.
Pero, ¿dónde los hombres? como decía Rafael Alberti. Porque el edil de la ciudad agraviada y diputado nacional, Ignacio Landaluce, sigue callado y haciendo meritos para seguir ascendiendo mucho más arriba de lo que le correspondería por su demostrada incapacidad en este y otros asuntos que les preocupa mucho a los algecireños.
En este país hemos llegado a un punto donde los intereses generales poco importan. Y no habrá salida para nuestros graves problemas de empleo y los derivados de esta crisis, si seguimos gobernados por incompetentes y mediocres a los que solo les preocupa hacer carrera política. Necesitamos dirigentes políticos, que estén a la altura de las circunstancias, con capacidad para tomar las decisiones adecuadas  y resolver los graves problemas de nuestro país. No hay otra salida, ni otra solución.
Ángel Luis Jiménez Rodríguez

domingo, 5 de enero de 2014

Una historia interminable.

Este título no corresponde a la novela fantástica de Michael Ende, sino a la historia del ferrocarril de Algeciras hacia el interior de España y Europa. Una historia conocida y de interminables frustraciones.

Un amigo me ha mandado en estos días un informe de 1914 sobre el proyecto del ferrocarril directo entre la frontera francesa y el puerto de Algeciras. La historia viene de antiguo. El próximo día 17 de enero se cumplirán 90 años de la publicación en la Gaceta (BOE actual) de una Real Orden donde el Ministro de Fomento, haciendo uso -dice la Orden- de las facultades conferidas al Gobierno, dispuso que una Sección de la Comisión de los ferrocarriles transpirenaicos procediera con toda urgencia al estudio del anteproyecto de un ferrocarril que partiendo de Madrid terminase en la frontera francesa. Y añadía que al redactar el proyecto, se tuviera en cuenta el empleo de la tracción eléctrica sobre la doble vía de ancho internacional. Proyecto que se acomodaría al supuesto de que la línea habría de ser explotada directamente por el Estado.

Posteriormente, en diciembre de ese mismo año, se autorizaban los concursos de proyectos para las líneas de Madrid-Valencia y Madrid-Algeciras (paralela y a corta distancia de la que se explotaba entre Madrid y Badajoz, hasta Puertollano; Córdoba a Málaga, hasta Bobadilla, y Bobadilla a Algeciras). Para esas dos secciones de la línea directa a la frontera francesa desde Algeciras pasando por Madrid, el presupuesto era aproximadamente de un millón de pesetas por kilometro, con las longitudes y costes siguientes: Madrid a la frontera (436 Km/436 millones de pesetas); Madrid-Algeciras (640 km/576 millones de pesetas). Por lo tanto, el gasto presupuestado para construir esos 1076 km fue en números redondos de unos mil millones de las pesetas de entonces. Esto representaba acortar 300 km el recorrido de la época.

Al final este proyecto, que hubiera puesto a Algeciras, la Comarca y Andalucía en la órbita del progreso y el desarrollo, se frustró por las diferencias de políticos y técnicos sobre los problemas que generarían los distintos anchos de vía dentro de nuestro territorio nacional -Inglaterra había tardado 20 años en resolverlos-, y la perturbación que en los primeros tiempos supondría ese ancho de vía para el tráfico ferroviario del país debido a los necesarios transbordos de pasajeros y mercancías. A esos problemas técnicos se añadía uno moral, los esfuerzos que hacían nuestros gobernantes en esos años para no quebrar la neutralidad con la que el país entendía servir mejor los intereses de la Humanidad en la evolución de la I Guerra Mundial, una de las épocas más convulsas, violentas y determinantes de nuestra historia. Así que no me ha extrañado leer que ese proyecto se frustrara antes de empezar, como ocurrió realmente y como ocurriría con tantos otros que vendrían después para Andalucía.

Inclusive los Ingenieros de la Comisión de ferrocarriles presentaron otro proyecto alternativo por valor de unos 500 millones de pesetas (la mitad del anterior), que consistía en utilizar las líneas que existían entre Madrid-Irún y Madrid-Puertollano por Ciudad Real, y Córdoba-Algeciras por Bobadilla, construyendo dos nuevas líneas de Segovia a Burgos y de Puertollano a Córdoba para establecer en todo ese itinerario la doble vía de ancho español, manteniendo la tracción de vapor hasta que el Estado construyera la Red Nacional de distribución de energía eléctrica y entonces cambiar el sistema de tracción. Pero los detractores de ambos proyectos, que los hubo, decían que ese dinero sería más útil para otros proyectos nacionales. Y ahí se acabó la historia. Así que casi cien años después estamos repitiendo la historia, aunque ahora no se trata de una tragedia como entonces, cuando el Gobierno luchaba por la neutralidad española en plena guerra mundial, sino de una comedia porque eso son las historias, mentiras y manipulaciones que nos cuenta este Gobierno de incompetentes sobre los corredores ferroviarios mediterráneo y atlánticos. Y así nos va.

Ángel Luis Jiménez Rodríguez

jueves, 2 de enero de 2014

Un nuevo año con olor a pasado.

Este recién estrenado 2014 de la recuperación es la continuación de un relato obsceno y desmoralizador para la mayoría de los españoles. Un relato que empezó el 2012 con el ajuste, continuó el 2013 con las reformas y finalizará el 2015 con las imprevisibles elecciones generales. Pocos ciudadanos coincidirán en denominar ajustes a lo que fueron enormes y desiguales sacrificios o reformas a los permanentes recortes de los sistemas de protección social y los salarios. Y menos pensarán en una recuperación que saben no reducirá de modo sustancial el brutal desempleo. Sin mencionar la congelación otro año más del salario mínimo, el que cobran los más desfavorecidos entre los que trabajan.

España se encuentra en un grado de regresión espectacular con un 26% de la población activa en paro, el país de Europa en el que más han bajado los salarios durante el pasado año y más de 200.000 empresas muertas con este Gobierno. Este año de la recuperación se inicia con casi dos millones de familias que no ingresan ningún sueldo. En resumen, una sociedad devastada por casi seis años de crisis económica y una gestión muy deficiente de la misma, y que además no merece que la engañen más.

En la conferencia de prensa donde hizo un balance del año, el presidente de Gobierno dijo que 2014 sería el año en que dejaríamos atrás el miedo, sin describir el tipo de miedo que padecen los ciudadanos. Pero no era necesario, porque se adivina en las encuestas y sondeos: miedo a perder el trabajo, miedo a no llegar a fin de mes, miedo a perder todavía más los pequeños buenos detalles de la vida cotidiana, miedo a quedarse atrás en la distribución de la renta y la riqueza cada vez más regresiva como resultado de la política económica aplicada por este Gobierno que solo crea riqueza con la desigualdad. Las transferencias de rentas y de riqueza se hacen de las rentas más bajas a las más altas. Y así va a continuar.

Barack Obama dice que la desigualdad es “el desafío que caracteriza a nuestro tiempo” y lo traduce en cambios en la política para que el pastel económico que se está reduciendo tenga un reparto mejor. La desigualdad tiene que ver tanto con la crisis económica como con la debilidad de la recuperación posterior. El consenso entre el poder político y financiero contribuyó a la liberalización que hizo posible la crisis, y el giro prematuro posterior hacia la austeridad ha conseguido sobre todo entorpecer la recuperación y la creación de empleo. Está comprobado que sin el aumento del gasto público no se volverá al pleno empleo.

Y para colmo Emilio Botín nos dibuja una España irreal en unas declaraciones cuando menos sorprendentes, diciendo que “este es un momento fantástico para España. Llega dinero de todas partes”. En su entusiasmo olvidó decir que a España están llegando muchos fondos buitres e inversores que compran nuestras empresas a precio de saldo. Y todavía algún ministro se deja decir que lo que es bueno para Botín es bueno para los españoles, como decían los americanos de la General Motors. Por favor, que ni somos tontos ni nos tragamos ya más mentiras.  

Ángel Luis Jiménez Rodríguez