sábado, 30 de marzo de 2013

¡Malvados!


Estoy alarmado por una noticia aparecida esta Semana de Pasión, la campaña iniciada por las Nuevas Generaciones (NNGG) del PP en Castellón contra el “adoctrinamiento” en las aulas. Según ha explicado el Partido Popular, se ha creado una herramienta de denuncia anónima para que los estudiantes denuncien a los profesores que hagan un uso inadecuado de la libertad de cátedra. Aunque lo que pretenden es confundir a los alumnos llamando adoctrinamiento al pensamiento crítico, la reflexión y el debate. Esta denuncia sería trasladada posteriormente, según informa el presidente provincial de NNGG, Gonzalo Castellón, a los “organismos competentes”. Pero qué locura es esta.
Triste es decirlo, pero esta información me hace pensar que los vicios mentales de la dictadura aún siguen vivos, y esta es una demostración muy clara de ello. Estas cosas solo suceden cuando la peor derecha recupera el poder político -el poder económico nunca lo han perdido- y pone en práctica pensamientos antidemocráticos y viejos vicios que cada día se están haciendo por lo visto más reales y visibles. Y además sin ningún pudor como ocurre con esta llamada herramienta de denuncia anónima, que lo único que pretende es sembrar miedo y crear enfrentamientos entre alumnos y profesores, en una actitud más propia de una dictadura que de una democracia.
Y seguimos sin querer reconocer la mucha herencia recibida no precisamente del socialismo, sino del franquismo, como son el clientelismo en la vida social y laboral; la falta de trasparencia en las instituciones; el desprecio por lo público; la no existencia del concepto de ciudadanía; el menosprecio de la ciencia y la cultura; el desprestigio de la educación; la desigualdad de trato ante la justicia; el temor a la innovación y al cambio; la reverencia al poder y al dinero; y una particular alergia a la participación política.
Estas son las maldades o pensamientos antidemocráticos con los que convivimos todos los días gracias a este Gobierno. Pero parece que no es suficiente y necesitan algo más como la desconfianza más absoluta a todo pensamiento crítico y a las personas que lo ejercen. Para ello emplean la estrategia de acoso y derribo, utilizando descalificaciones, falsedades e insidias contra el prestigio de las personas honestas, buenas y honradas que se les opongan.  Porque saben que si derriban a los honestos, buenos y honrados nos quedamos sin referencias y sin lideres a los que mirar y seguir. ¡Malvados!


Ángel Luis Jiménez Rodriguez

jueves, 28 de marzo de 2013

Una Semana Santa viva.


En los primeros años de la Transición ocurrió un extraño fenómeno sociológico, las cofradías de Semana Santa comenzaron a resurgir de un largo periodo de letargo, por no decir de declive. Las cofradías se abrieron a la ayuda y la colaboración de cualquier persona para su pervivencia, sin mirar sus ideas o creencias. Cualquier mano era buena y bien recibida en aquellos años. Las cofradías estaban abiertas como el país, al renacer democrático que estábamos viviendo. Y para muchos ciudadanos era una respuesta a su necesidad de pertenecer a un colectivo, de sentirse participe de algo y de tener un determinado papel en su comunidad en una festividad tan nuestra como había sido por cultura y tradición la Semana Santa. Tenía mucho que ver con la necesidad de afianzar la identidad del “yo” en un mundo donde los lazos y las raíces se habían debilitado con el franquismo, y por eso cada vez más necesitábamos sentirnos parte de un “nosotros”.

En esos años la postura oficial de la Iglesia era desentenderse de las cofradías, pero ante la agudización del laicismo, llegaron a la conclusión de que en ese ámbito había muchas personas con un grado de adscripción religiosa diversa, pero importante para sus fines. Lo religioso y lo identitario no son dos planos enfrentados, aunque tampoco se pueden confundir como hace a veces la Iglesia. Por eso desde los años ochenta en una “operación rescate” la Iglesia oficial intenta presentar a las cofradías como uno de sus poderes, también en términos demográficos. Pero debe tener cuidado de no considerar que todo el que participa, todo aquel para quien es significativo este fenómeno, mantiene una posición como la que le gustaría a la jerarquía católica. Ni tampoco las cofradías son siempre sumisas para adoptar los papeles que en cada momento le asigna por su conveniencia la Iglesia, aunque no me cabe duda que las cofradías y sus rituales son parte de ella.

La Semana Santa habría que entenderla desde una perspectiva plural, no sólo religiosa ni festiva. Porque fenómeno tan complejo y rico como éste, solamente pueden entenderse desde una perspectiva plural. Lo cual no significa, de ninguna manera, quitar importancia a ninguna de sus dimensiones. La Semana Santa sobre todo en Andalucía, es un fenómeno vivo y, por lo tanto, sujeto a continuas refuncionalidades y resignificaciones. Si no fuera así, sería un museo que sale a la calle. La Semana Santa en Andalucía sigue siendo un fenómeno vivo y no se pliega a ningún poder, porque se adapta a los tiempos y a los cambios de la sociedad en la que vivimos.
Ángel Luis Jiménez Rodriguez

domingo, 24 de marzo de 2013

Reflexiones de Semana Santa.


Un valor básico del ser humano tendría que ser la sencillez, aunque ahora resulte poco común y lo subrayen tanto los medios de comunicación, porque demasiadas veces se considera como algo excepcional, hasta escriben y cantan canciones muy populares que sin ningún pudor dicen antes muertos o muertas que sencillas. Este rasgo que era fundamental en otra época ha dejado de ser común en la vida civil y en la curia.

En estos días con motivo de la entronización del nuevo papa se han visto las procesiones de los prebostes de la Iglesia coronados por mitras doradas, capelos púrpuras y capas pluviales rematadas con encaje fino. Esa solemnidad en la ropa es extensible a otros paramentos litúrgicos llenos de damascos y brillos, bordados y encajes y cruces y joyas que identifican su poder sobre los hombres y las almas. En la Iglesia católica este exceso, que muchos llaman liturgia, se ha convertido en la norma y lo que se siente por la gente común es el poder de los protagonistas, porque te hacen creer que ellos tienen la llave de la verdad y la puerta hacia la gloria o el abismo.

Me pregunto, como lo hacía Juan Cruz el domingo en El País, qué ha pasado para que la Iglesia perdiera ese rasgo de sencillez y humildad que distinguió a Jesús y a un número formidable de sus seguidores. La respuesta no puede ser otra, fue cuando tocó poder y quiso evangelizar desde el poder, y éste la acabó transformando en un poder de este mundo. Al hacerse poderosa perdió la sencillez y abandonó la humildad. Y, ay, lo más grave, es que se asoció con los poderosos. Entonces y solo entonces es cuando abrazó la liturgia del boato y se alejo de la sencillez y humildad en la que se había sentido hasta entonces fuerte y creíble. Desde entonces en su historia alienta ese fantasma como una losa.

Ahora nos dicen todos que el nuevo Papa es sencillo y humilde. ¿Cómo? ¿No tendría que serlo? ¿No se le elige por eso? ¿Es que no lo han sido los otros papas? ¿No lo fue Juan XXIII o no tendría que haberlo sido Juan Pablo II? ¿No debería ser la sencillez y la humildad un rasgo característico de los Papas, los obispos o de los sacerdotes de la Iglesia católica? Por lo visto no, cuando se comenta tanto que este Papa es sencillo porque ha vivido en lugares sencillos a pesar de su rango. ¿A pesar de su rango? Pero, ¿no es su rango el que tendría que haberlo convocado a situaciones en las que su humildad fuera equivalente a los valores que predica? No quisiera pensar que para todos los que se acercan al poder o lo ejercen, ya sean políticos, intelectuales, jueces, banqueros o religiosos…, la sencillez y la humildad sean ropajes que solo se ponen para utilizarlos en beneficio propio y que después se los quitan porque ese ropaje les pesa y les incomoda mucho.

Ángel luis Jiménez Rodriguez

viernes, 22 de marzo de 2013

Visitas políticas.


La pasada semana recibimos en Algeciras la visita del diputado socialista y expresidente andaluz, Manuel Chaves, que después de reunirse con la plataforma comarcal para el impulso de la infraestructura ferroviaria, criticó al Gobierno por su falta de apoyo al enlace ferroviario que unirá Algeciras con Madrid en beneficio del eje Mediterráneo. Para este eje el ejecutivo de Mariano Rajoy ha licitado ya obras por más de 2.500 millones de euros, y sin embargo, para remodelar el tramo de 20 kilómetros de vía, entre Algeciras y La Almoraima, punto de partida del eje Central de la Red Transeuropea de Transportes, solo ha consignado 14 millones de euros, en una evidente desigualdad entre las Comunidades andaluzas y valenciana.

Otra visita política de esa semana fue la de la ministra de Fomento, Ana Pastor, muy valorada por el alcalde-diputado Landaluce, por su anuncio de que el citado proyecto de conexión ferroviaria de Algeciras-Almoraima estaría licitado antes del verano. Perdonen, pero tengo serias dudas sobre si en los presupuestos generales del Estado para el 2013 existen las consignaciones necesarias para llevar a cabo las obras anunciadas por la ministra. La realidad es que este anunció puede ser una nueva decepción para los campogibraltareños, porque no creo que haya dinero, ni interés, ni un compromiso real del Gobierno con este eje ferroviario, que tanto necesitamos para salir de nuestro aislamiento. Aunque Landaluce dijera que con este anuncio la ministra Pastor demostraba su compromiso con las infraestructuras del Campo de Gibraltar.

Pero, ¿a quién pretenden engañar estos señores? No se dan cuenta que los ciudadanos de la Comarca pueden comprobar todos los días que la autovía Cádiz-Algeciras se ha quedado parada en Vejer, que el ferrocarril que nos debería unir con el resto de España se queda cortado entre Algeciras y Ronda cada vez que caen dos gotas y que el Acceso Central de Algeciras ni está ni se le espera. Por favor, que no nos traten como niños y nos mientan diciendo que la ministra y el Gobierno de Rajoy tiene un fuerte compromiso con el Campo de Gibraltar, porque de todos es sabido que sus prioridades y compromisos no están ni en Algeciras, ni en la Comarca, ni en Andalucía.

Así que ya está bien de visitas, ruedas de prensa o de palabras rimbombantes de los políticos, porque el Campo de Gibraltar no puede esperar más. Hoy hemos sabido que la empresa coreana asentada en el Puerto de Algeciras, no ampliará instalaciones. Estamos ya en el momento de los hechos y no de las palabras, y menos de las confrontaciones que no sirven para nada. Recomiendo a los políticos que nos gobiernan que no nos cuenten lo que van a hacer, no hace falta, sino que escriban donde deben lo que van a hacer, que es en los presupuestos Autonómicos y del Estado. Y a continuación que lo publiquen en sus respectivos Boletines Oficiales: BOE y BOJA. Entonces sí, entonces los creeremos y también sus promesas.

Ángel Luis Jiménez Rodriguez

miércoles, 20 de marzo de 2013

¡Algeciras a la calle!

En estos días, los algecireños estamos recibiendo dos informaciones contradictorias, la de la Plataforma Cívica en Defensa de los Colectores y la del Partido Popular, una y otra dicen “Que no te engañen, que no te manipulen”. Además, la del PP dice que el gobierno municipal bonificará las tasas de agua, alcantarillado y residuos. Intentan  neutralizar la información de la Plataforma, aunque sea con una bonificación insuficiente, engañosa y manipuladora, que en principio solo beneficiaría a parados y jubilados. Así que objetivamente me planteo una pregunta, ¿de quién parte el engaño y la manipulación? Y la respuesta no puede estar más clara, del alcalde Landaluce y de su equipo municipal. Sin embargo, me llama mucho la atención que los políticos municipales acusen a los de la Plataforma de hacer política y criticar su gestión. Pues faltaría más, es su obligación como colectivo ciudadano en defensa de la calidad de vida y el bolsillo de los algecireños/as.

También en apoyo de las reivindicaciones de la Plataforma, los ecologistas de Agaden desplegaron este fin de semana una pancarta en la fachada de Emalgesa con un lema muy claro “Emalgesa cobra, pero no depura”. Esta acción de Agaden forma parte de una campaña iniciada el verano pasado que instaba a la corporación municipal a asumir la realidad de que los vertidos fecales en Algeciras lejos de ser puntuales -según dice Emalgesa- son diarios, y que la autoridad municipal debería tomar medidas reales y eficaces porque los vertidos incontrolados son responsabilidad de este equipo de gobierno, pero también de los anteriores. La diferencia está en que antes no se cobraba por este servicio porque no se prestaba, pero ahora sí.

Para los que lo desconozcan, este es un conflicto que se inició con la entrada en servicio de la Estación Depuradora de Aguas Residuales en Algeciras y la aplicación por parte de la Junta de Andalucía del llamado canon autonómico. Lo que ha elevado el recibo del agua en esta ciudad, en muchos casos, hasta un 300%, según denunció la Plataforma nacida al amparo de varias asociaciones de vecinos de Algeciras. Las Asociaciones venían denunciando la necesidad de acometer obras de mejora de los colectores de la ciudad, pues todavía no se habían resuelto -después de dos años- las inundaciones de las barriadas de La Cuesta del Rayo, Acebuchal y El Embarcadero, producto de la nefasta gestión urbanística llevada a cabo durante años en el municipio, y que ha dejado a urbanizaciones enteras sin una conexión adecuada a la red de saneamiento.

Ahora, la solución del problema requiere una inversión de nueve millones de euros, que el Ayuntamiento no tiene y que la Junta dice que no pone por no ser de su competencia. Lo cierto es que ambas Administraciones llevan tiempo cobrando este servicio a los algecireños y algecireñas en el recibo del agua. Según Manuel Correro,  portavoz de la Plataforma en Defensa de los Colectores, el Ayuntamiento ha ingresado más de 34 millones de euros en estos dos años. "Por eso queremos saber dónde está nuestro dinero", afirma. "Aunque dice la ley que las tasas se destinarán a cubrir el coste del servicio de la actividad por la que se cobra, la realidad es que el Ayuntamiento de Algeciras, empleando el principio de unidad de caja o caja única, ha utilizado el dinero cobrado a los algecireños y algecireñas en concepto de mejora de los colectores para pagar otras deudas", concreta.

El pasado 8 de marzo, la plataforma reunida en asamblea dijo basta ya, no aguantamos más mentiras, manipulaciones y engaños, y al grito de “¡Algeciras a la calle”! ha convocado una manifestación contra la tasa de depuración para el viernes 22 de marzo a las 7 de la tarde. Allí deberíamos estar todos los que nos sintamos ciudadanos. La manifestación partirá de la plaza de Andalucía para terminar en las puertas del Ayuntamiento y exigirá que solo se cobre la nueva tasa a los usuarios cuyas aguas se depuren realmente, la reducción del excesivo precio de este servicio y la devolución de los impuestos cargados en las facturas indebidamente. Así que, o  Landaluce rectifica la tasa de depuración, o tendrá en contra a la ciudadanía algecireña.


María José y Ángel Luis Jiménez

martes, 19 de marzo de 2013

Vivimos tiempos sombríos.


“¡Realmente vivimos tiempos sombríos!/ La palabra inocente es una locura. Una frente sin arrugas/ denota insensibilidad. El que ríe todavía es que no ha recibido la terrible noticia.”  Estos versos no han sido escrito para la crisis financiera que hoy atravesamos. Pertenecen a un poema titulado “A los hombres futuros”, que Bertolt Brecht escribió durante la crisis de los años treinta. Lo releo de vez en cuando en su libro “Poemas y Canciones”, publicado por Alianza Editorial.

Nosotros también estamos viviendo tiempos sombríos, en los que las palabras inocentes resultan demenciales. Y también, entre nosotros, aquellos que todavía ríen lo ignoran casi todo sobre su despido, el recorte que van a sufrir en su sueldo o pensión, la subida de impuestos o los recortes en solidaridad, educación y sanidad. Aunque ya hay muchos jóvenes que no ríen, porque ellos si han recibido la terrible noticia del paro que les espera. El paro juvenil asciende ya al 52 por ciento y no es posible ocultar el aumento  de los suicidios por causa de los desahucios.

Para colmo en nuestro país las políticas neoliberales del Partido Popular están alcanzado uno de sus objetivos: el desprestigio de la política para que no pueda servir como palanca de cambio. De ahí que o los partidos políticos son capaces de renovar a fondo el régimen político o se debilitaran seriamente hasta su posible desaparición. No pueden seguir con su ciega defensa de un orden establecido en el que han aceptado jugar un papel de sumisión y aceptación de las políticas europeas al servicio de Bruselas y Berlín. Políticas que ponen en riesgo nuestra economía y también nuestra democracia, tal y como la conocemos desde la Transición.

Ante esta situación, los escenarios posibles que nos quedan a los españoles son tres. Uno, la reforma a fondo del régimen con una seria redistribución del poder, que pasa por debilitar a los poderes corporativos y darle más presencia y participación al pueblo para que la política se haga a favor de él y no en su contra. Dos, la  perpetuación de la situación actual, que por la vía del autoritarismo neutralice todos los instrumentos democráticos que hasta ahora habían servido para luchar contra los abusos del poder. Y tres, un aumento de la conflictividad y de la fractura política y social de imprevisibles consecuencias. Lo que ocurra y la elección del escenario en el que queremos vivir dependerá de nosotros y de cómo actuemos, nos organicemos y superemos los miedos.
Ángel Luis Jiménez Rodriguez

sábado, 16 de marzo de 2013

Desgraciado el país que necesita héroes.


En la obra “Galileo” de Bertolt Brecht, cuando Galileo se pliega a la Inquisición y renuncia a defender que la tierra es redonda y gira alrededor del sol, uno de sus discípulos le reprocha “Desgraciado el país que no tiene héroes”. Galileo baja la cabeza y responde amargamente “Desgraciado el país que necesita héroes”. Me he acordado de estas sabias palabras de Galileo-Brecht cuando leo que muchos españoles están reclamando un héroe como Beppe Grillo para España.

La gente no ve la diferencia entre España e Italia y que el Pepito Grillo italiano no es algo improvisado, sino el producto de la desafección y la corrupción de muchos años y del divorcio existente entre la sociedad civil italiana y sus élites gobernantes. Todo eso ha fraguado en este personaje histriónico el cómico Grillo, que ha logrado aglutinar el hartazgo del pueblo italiano ante tanta incompetencia y corrupción.

Pero tengo fuertes dudas sobre su demagógico discurso -Grillo dice muchas barbaridades y utiliza la demagogia- porque no creo que sea la solución para los italianos o los españoles. Ante situaciones tan graves como las actuales, no puede pasar que cuando estemos desahuciados por los médicos, acudamos a los curanderos. O cuando los políticos no nos ofrezcan soluciones, tengamos la tentación de pedir que se vayan y que vengan los antipoliticos o los tecnócratas. Y lo más grave es cuando estas soluciones adquieren carácter institucional como está ocurriendo en Italia.

La solución Grillo no puede ocurrir en España, estamos vacunados contra los salvapatrias y, sobre todo, porque somos un país extremadamente sensato y cívico. Por muy cabreados e indignados que estemos, ante unas elecciones siempre nos entra el sentido común. Tenemos cercana la Transición y la gente expresa todavía nostalgia de ese espíritu de diálogo y un gran hartazgo de esas continuas y deplorables peleas de gallo entre los líderes de los dos grandes partidos, que no conducen a nada positivo y realista.

En España ha sido fundamentalmente la crisis y las recetas de austeridad las que han atizado la rabia y han sacado la gente a la calle, pero aquí hay una gran pasión democrática y una fuerte apuesta por su regeneración. El Partido X, heredero declarado de los principios del 15-M, se presentó a principios de año con un programa titulado “Democracia y punto”. Los meritos de ese cambio social son del 15-M, que inició en España la revolución tranquila de los ciudadanos que no se sentían representados, pidiendo que la ciudadanía ejerciera un control constante de la clase política, porque los españoles no somos niños dependientes que haya que llevar de la mano.
Ángel Luis Jiménez Rodriguez

jueves, 14 de marzo de 2013

Las recetas de la austeridad.


De nuevo el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, tiene la oportunidad hoy y mañana, junto a Italia y Francia, de rechazar de forma clara las políticas impuestas por Bruselas y Berlín que tanto malestar han generado en la población española. Está demostrado que la austeridad obligada por la Comisión Europea y el Banco Central  solo asegura tasas de crecimiento negativas y una carga deuda cada vez mayor. En España, las recetas de la austeridad no solo han recortado el Estado, sino también  nuestra democracia tal y como la veníamos entendiendo hasta ahora. La austeridad, tanto en España como en Europa, está provocando un gran sufrimiento social, la pérdida de derechos e incluso el ascenso de partidos neonazis.
Sin embargo, resulta sorprendente que la clase dirigente española y europea siga obsesionada con los déficits y la austeridad, cuando la mayoría de los expertos europeos incluidos varios premios nobel de economía dicen que esas políticas son un tremendo error porque lo único que provocan son sufrimientos innecesarios y además, al final, se estrellaran contra la realidad. El gran engaño ha sido decir que los déficits provienen de excesos en el sector público o del bienestar social y que es ahí donde hay que recortar, cuando sabemos que el déficit es consecuencia de los privilegios inauditos e injustificados de la banca privada.
Hasta en Estados Unidos Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal, ha hecho esta semana unas declaraciones sobre la austeridad que deberían tener en cuenta los dirigentes europeos. Ha dicho que la austeridad en una economía deprimida podría ser contraproducente, incluso en términos puramente fiscales o del déficit. “Además de tener efectos adversos para la creación de empleo y las rentas, una recuperación más lenta conduciría, en la práctica, a una menor reducción del déficit a corto plazo.”  Esto mismo lo vienen diciendo desde el principio de la crisis dos premios nobel, Stiglitz y Krugman, que han sido ignorados. No sé si ahora con las declaraciones de Bernanke las elites políticas, que nos han metido en este atolladero económico, estarán dispuestas a rectificar como ha hecho el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La rectificación del FMI ha partido de su economista jefe, Olivier Blanchard, que en el mes de enero emitió un informe en el que admitía que su institución había infravalorado las repercusiones negativas de la austeridad. Este informe fue refutado por la Comisión europea, pero con unos argumentos que según los expertos avergonzaría a un estudiante de primer año de posgrado. No es que el informe de Blanchard demuestre que la Comisión está equivocada, es que ya se ha hecho evidente tanto en la teoría como en la práctica.
Así que los ciudadanos europeos, cabreados e indignados, esperamos de la cumbre europea de esta semana un rechazo claro de los dirigentes de los países del Sur a las políticas impuestas por los países del Norte. Países que no están sufriendo la crisis, ni son conscientes de que con sus políticas de austeridad nos están ahogando. Porque la solución está en impulsar políticas más sensatas en Europa. Pero todo eso dependerá de que el miedo cambie de bando y los poderosos descubran que también tienen que atender el poder de los que no tienen poder. Esperemos por el bien de todos que sea así.    
Ángel Luis Jiménez Rodriguez

lunes, 11 de marzo de 2013

No hemos aprendido nada.


Hernández Pezzi, expresidente del Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España, fue una de las escasísimas voces que habló de la burbuja inmobiliaria antes de que a España le estallara en la cara un millón de viviendas vacías. El arquitecto y urbanista dice que ha defendido durante años la rehabilitación de viviendas como salida a la crisis abismal que atraviesa el sector. “En España, la rehabilitación supone apenas un 26% de la actividad constructora, una cifra escandalosamente baja frente al 41% de media en Europa. Allí se han dado cuenta de que es un negocio importante y que produce mucho ahorro energético”.
Desde su atalaya actual de director de la Oficina de Supervisión de Proyectos de la Diputación de Málaga, detecta que “la situación de los pequeños y medianos contratistas, e incluso de algunos de los grandes, es angustiosa”. Según él, la combinación de una falta de cultura de rehabilitación de viviendas y el cierre del crédito a las empresas ha agravado el desplome del sector. “Si el crédito a las pequeñas y medianas empresas fluyera, se podría ver una remontada inmediata (...) En el mercado de rehabilitación es donde hay más beneficios y donde se ven los resultados más directos con menos dinero”. Sin embargo, no alberga demasiadas esperanzas, “el sector ahora tiene nostalgia y está esperando una recuperación de la economía para volver al mismo sistema que llevó a la burbuja. No sería capaz de decir que no hemos aprendido nada, pero es cierto que hemos aprendido poco. De las crisis se sale a veces para peor y cosas que se han hecho mal se pueden volver a repetir”.
Esto que denuncia Hernández Pezzi, ya está formando parte de nuestra realidad actual. Y es peligroso porque podemos volver a tropezar con la misma piedra, si basamos nuestra recuperación económica en confiar de nuevo en la locomotora del ladrillo para el crecimiento y la acumulación de capital, que en nuestro país provocó la más devastadora hipertrofia de ese modelo capitalista y que dejó a su alrededor un paisaje desolado, una economía quemada y, además, escasamente competitiva. Sin embargo, una serie de alcaldes de Andalucía se aferran de nuevo al urbanismo para reactivar su economía, impulsando grandes proyectos urbanísticos y cambios en los usos del suelo, que pueden abrir la puerta a futuras operaciones especulativas a gusto de quién tiene el dinero. Pero utilizan recetas muertas para dolencias vivas, que nos pueden llevar de nuevo a otra burbuja inmobiliaria.
Ejemplos los hay desde los más cercanos a los más lejanos, como el complejo hotelero y de vivienda de Tarifa en un espacio natural y protegido como Valdevaqueros. El de Jaén con las 10.000 viviendas proyectada por el gobierno municipal con una población de solo 117.000 habitantes y con miles de viviendas vacías en la ciudad. Pasando por el proyecto de ocio y deportes de Córdoba, promovido por el grupo Tremón en un suelo controvertido por no estar claro a quién pertenece si a Tremón o a Rafael Gómez, el Sandokan, del caso Marbella. O la construcción de aparcamientos rotatorios en el casco histórico de Sevilla porque al eliminar el Plan Centro entran más coches y faltan aparcamientos o el cambio en su PGOU de varias parcelas para adaptarlas a las necesidades de cualquier promotor con cartera. Todos estos municipios y otros más, regidos por alcaldes del PP, quieren volver a un modelo de ciudad y de economía sustentado en el urbanismo. Modelo que ha sido uno de los grandes orígenes de la crisis que padecemos y de los males posteriores que estamos sufriendo.

Ángel Luis Jiménez Rodríguez


sábado, 9 de marzo de 2013

¿Cuento o realidad?


Cuentan que cuando José María Aznar designó a Mariano Rajoy como su sucesor y candidato del PP a la presidencia del Gobierno, le entrego tres sobres para poder afrontar las situaciones críticas mientras estuviera gobernando. El primero, lo abrió al llegar a la Moncloa, decía que había que echarle las culpas de lo malo que estuviera sucediendo a su antecesor o a la herencia recibida. Lo hizo y funcionó. Superada esta primera fase, las recomendaciones del primer sobre no funcionaban para resolver las presiones de la calle y las críticas de prensa y oposición. Y no tuvo más remedio que abrir el segundo sobre. Éste decía que había que responsabilizar de los problemas existentes a la mala gestión de los colaboradores, incluido el tesorero del partido y los ministros que hubieran demostrado su incompetencia o estuvieran perseguidos por los escándalos. Así podría ganar tiempo para seguir gobernando, aunque tuviera que denunciarlos públicamente o ante la Justicia. Pero si no funcionaban las recomendaciones sobre la culpabilidad de su entorno y continuaban los problemas, ya no tendría más remedio que abrir el tercer sobre. Rajoy dada la situación crítica por la que pasaba con el caso Gürtel, Bárcenas, Mato y otros casos de corrupción, se encontraba tan presionado que abrió el tercer sobre. Y su mensaje era muy claro: Dimisión y hacer tres sobres…
Ángel Luis Jiménez Rodriguez

jueves, 7 de marzo de 2013

España el país más desigual de Europa.


Siempre ha habido ricos y pobres en España. Pero nunca como en estos últimos años la distancia entre unos y otros fue tan grande. Ni la diferencia de ingresos tan amplia. La tasa de paro ha hecho mella en los ingresos de las familias. Más de 1,8 millones de hogares españoles, según la última Encuesta de Población Activa, tiene a todos sus miembros en paro. Y solo el 57% de los registrados en las oficinas de empleo reciben alguna ayuda o prestación del Estado. Como resultado, España ocupa una de las posiciones más preocupantes en las estadísticas que miden la desigualdad social y se ha convertido, por primera vez, en el país de los Veintisiete con mayor distancia entre las rentas altas y las bajas.

Todas las estadísticas muestran que la desigualdad está creciendo en España. Uno  de los indicadores recogidos por Eurostat, el llamado ratio 80/20, establece una relación entre el 20% de la población que más ingresa y el 20% de la que menos ingresa. Los valores más altos indican mayor desigualdad. Y aquí España bate récord: saca un 7,5. Es la nota más alta de los Veintisiete, que obtuvieron de media un 5,7. Otro es el llamado coeficiente Gini -ideado por el estadístico italiano Corrado Gini- que mide la  desigualdad de los ingresos, dentro de un país, pero se utiliza también para medir cualquier forma de distribución desigual. Si la estadística arrojara un cero, significa que en ese país hay una igualdad perfecta. El 100 sería la desigualdad más absoluta. España sacó en 2012 un 34. El nivel más alto desde que hay registros, una clara muestra de cómo la desigualdad está creciendo en España.

Según el catedrático de Economía de la Universidad Rey Juan Carlos, Luis Ayala, hay tres características del crecimiento de la desigualdad en España que la hacen única.  Primera, que el mayor ajuste se está produciendo en las rentas de los hogares con menos recursos. Segunda, que los incrementos transitorios de la pobreza y la desigualdad tienden a convertirse en crónicos a largo plazo, si se tiene en cuenta lo que ha sucedido en anteriores fases recesivas en España. Y tercera, que frente a la habitual afirmación de que el bienestar social se recuperará si lo hacen la actividad económica y el empleo, los datos no son así porque las estimaciones de la relación entre el ciclo económico y la pobreza muestran una desproporción en la respuesta de esta a las recesiones y a las expansiones, siendo mucho más sensibles a las primeras que a las segunda. Por tanto, volver a altas tasas de crecimiento de la economía española no garantiza que los problemas de ingresos insuficientes de los hogares de menos recursos vayan a reducirse drásticamente.

La situación real es que las clases bajas y medias se empobrecen aceleradamente, mientras algunas élites tienen ganancias inimaginables. Y si las familias pobres que lo están pasando mal suscitan la empatía y la solidaridad de la mayoría, las de arriba provocan cada vez más indignación. Por eso hay que frenar la consolidación de ese triángulo compuesto por crisis económica, corrupción y desigualdad (de oportunidades, rentas, patrimonios y resultados), sino queremos encontrarnos un día con una gran explosión social. Está demostrado que si a una situación de corrupción se le une la crisis económica y la desigualdad, la explosión social está cantada. Y las responsabilidades políticas y legales para que esto no ocurra la tienen los que ostentando el poder dicen estar haciendo lo correcto y perseguir en sus actuaciones el interés general, cuando en realidad lo que están haciendo es apoyar numantinamente sus propios intereses.

martes, 5 de marzo de 2013

La reforma de la Administración local.


La semana pasada se reunió en Córdoba la Intermunicipal andaluza del Partido Popular, que aglutina a los alcaldes y concejales de las ocho provincias. Pretendían hacer piña y unificar el discurso del partido frente a las críticas surgidas a la ley aprobada en Concejo de Ministros del pasado 15 de febrero que reformará la administración local.

En defensa de su reforma municipal, el PP presentará mociones en todos los Ayuntamientos para explicar el informe que ha manejado el partido como embrión de la futura ley. Y como siempre, esta ley no se va a consensuar ni pactar, sino que se impondrá con su mayoría en el Congreso de los Diputados.

Esta ley pretende reducir el número de concejales y sus salarios, la privatización de mucho de los servicios municipales –subordinándolos a la eficiencia- y la desaparición de las entidades locales pequeñas reduciendo sus competencias a la mínima expresión y dejándolas abierta a una intervención automática, si fueran inviables económicamente.

Esta reforma pretende hacer una recentralización de carácter preconstitucional y dar un mazazo a la autonomía municipal al regresar al municipalismo de la época franquista. Sin embargo, lo más grave es que quieren eliminar la participación de los ciudadanos atacando la viabilidad de cientos de municipios. En nombre de la austeridad se quieren eliminar solo en Andalucía más de 500 municipios.

Esta reforma parece estar hecha por nostálgicos de etapas anteriores, porque quitaría a muchos alcaldes de izquierda para poner a los caciques, a los de siempre, a los que tienen poder o dinero para decidir lo que hay que hacer en los pueblos. El Ministerio de Hacienda estima que con esta reforma se va a conseguir un ahorro de 7.000 millones de euros en todo el país, pero eso está por ver, como todas las medidas de ahorro del Gobierno. Y recordando cifras, esta es equivalente a la deuda que mantiene el Ayuntamiento de Madrid. Como si quisieran hacer pagar a los pueblos pequeños la mala gestión de las grandes ciudades.

Este Gobierno manipulador y mentiroso nos quiere hacer creer que la reforma local es una operación de ahorro que necesita España para salir de la crisis. En nombre de la austeridad recortaran el número de concejales, alcaldes y retribuciones, aunque se puede comprobar que el 80% de concejales no percibe nada por su trabajo en los Ayuntamientos. Y reducirán los sueldos de los alcaldes, aunque esto suponga solo el 2% del ahorro total de los famosos 7.000 millones que Montoro dice que conseguirá.

Detrás de esta reforma, lo que se está cociendo no es ahorrar aquí o allá, sino vaciar de contenido político a los Ayuntamientos, colapsar las diputaciones con encomiendas de servicios que no puedan hacer y, finalmente, llegar irremisiblemente a la necesidad de privatizar la mayoría de los servicios que prestan los Ayuntamientos a sus vecinos y vecinas.

Si el PP quiere hacer de verdad la reforma y modernización de las Administraciones públicas que necesitamos, debería abrir primero un amplio debate sobre las duplicidades de estructuras y funciones existentes, y que hay que eliminar para adaptarlas al tamaño del Estado. También deberían adaptar el gasto a los nuevos perfiles de la sociedad del bienestar y a las características de la organización territorial de España y de la Unión Europea. Pero todo ello mediante debates, negociaciones y pactos de verdad y sin mentiras.

Ángel Luis Jiménez Rodriguez

sábado, 2 de marzo de 2013

La EPA y el empleo en 2012.


El dato publicado de la Encuesta de Población Activa (EPA) para el conjunto del pasado año 2012 arroja una luz esclarecedora sobre las consecuencias en el empleo de la recesión económica por la que atravesamos. Un dato a señalar sería la brusca caída de la tasa de crecimiento de la población activa nacional a partir de 2.009 por la crisis. Otro dato significativo de la encuesta sería el abandono de la búsqueda de trabajo por parte de quienes piensan que no tienen posibilidad de encontrarlo (el llamado fenómeno de la población desanimada), que tiene mucho que ver como explicación de la evolución del desempleo, aunque no sea este el único factor explicativo.
Si miramos la EPA del cuarto trimestre de 2012 se han superado los peores pronósticos. La destrucción de empleo, 363.000 personas, es la más abultada de las registradas en un cuarto trimestre desde 2009. La ocupación ha bajado ya a niveles de 2004, por debajo de los 17 millones con el correspondiente y doloroso impacto sobre las cuentas de la Seguridad Social. La tasa de desempleo está ya en el 26% y posiblemente aumentará hasta el 27% este año. Dato confirmado por la Comisión Europea el pasado viernes. Y sigue creciendo el desempleo de larga duración.
Es preciso tener en cuenta en esta evaluación las consecuencias de la reforma laboral del PP que ha resultado un fracaso, después de un año en vigor. La tasa de paro ha aumentado un 13%, el número de ocupados se ha reducido en 823.000 personas -629.000 nacionales y 194.000 extranjeros-, el despido por causas objetivas se ha incrementado un 49%, los expedientes de regulación de empleo han aumentado un 66% y los sueldos han perdido poder adquisitivo. Desde que empezó la crisis económica, los asalariados han perdido 55.000 millones de euros de participación en la renta nacional. Renta que según los economistas de CCOO se ha trasvasado a los empresarios para enjugar sus deudas. Parece increíble, pero es así, los recortes salariales de los trabajadores están financiando las deudas de los empresarios.
De cara a los próximos meses, la cuestión clave es si se mantendrá el ritmo de destrucción de empleo registrado a lo largo de los dos últimos años, teniendo en cuenta que es bastante probable que la caída media del PIB en 2013 sea del -0,5%, según dice el Gobierno, (frente al -1,4% que calcula la Comisión Europea) muy similar a la del pasado 2012. Algo importante que hay que aclarar son las diferentes cifras del paro registrado y de la Encuesta de Población Activa. Esta diferencia es normal por la distinta metodología utilizada o por la diferente forma de interpretarlos, pero, que en cualquier caso, la destrucción de puestos de trabajo y el consiguiente aumento del desempleo no cabe la menor duda que seguirá igual este año.
Algunas estimaciones apuntan que solo serán unos 300.000 los puestos de trabajo que se perderán este año, lo cual sigue siendo una tragedia, aunque algunos se consuelen diciendo que al menos será un resultado menos malo que el de los años anteriores. Sin embargo, esto no consuela a la generalidad de los españoles que reflejan en las encuestas que el paro es su máxima preocupación. Piensan los encuestados que un gran pacto nacional sería necesario o un plan de choque del Gobierno para hacer frente a esta lacra social que está afectando también a nuestra democracia. Está demostrado que sin pleno empleo no se consiguen las libertades y si se consiguen, son difíciles de conservar. El nivel de desempleo pone en peligro las libertades democráticas, porque dejan de tener sentido para mucha gente que está en el paro. Y eso desgraciadamente es lo que está ocurriendo ahora en nuestro país.
Dicen los expertos que es el Gobierno quién debe impulsar con los apoyos sociales necesarios ese plan de choque, único tratamiento posible en recesión para generar empleo y para que los desempleados sin cualificación no se enquisten en el paro estructural. Atacar solo el paro juvenil, como prevé el Ejecutivo y anunció Rajoy en el debate sobre el Estado de la Nación, siguiendo los mandatos de Bruselas, no es la solución. Sobre todo si no se bajan las cotizaciones sociales a este colectivo para animar su contratación. Y poner el acento de verdad en las políticas activas de empleo en lugar de las pasivas. Pero para todo ello hace falta dinero europeo, porque solo con los recursos públicos españoles no es, ni será posible. Y por último, ¿si hubo dinero para salvar a los bancos, por qué no lo hay para salvar el empleo?  

Ángel Luis Jiménez Rodriguez