domingo, 29 de julio de 2012

La nueva derecha española.

Algunos dirigentes del Partido Popular, ya se han quitado las caretas y están mostrando sus verdaderos rostros neoliberales o neoconservadores, ejemplos claros son el ministro Gallardón o  la presidenta Esperanza Aguirre. La pasada semana, la presidenta de la Comunidad de Madrid decía que había que acabar con tanta ayuda, subvenciones y mamandurrias. Esta es una visión individualista y calculadora del ser humano y contraria a la justicia social. Cada día más, a la derecha española se le está pegando las ideas ultras de los americanos republicanos del Tea Party. Esa asimilación se está realizando a través de la FAES del ex presidente Aznar, donde se defiende un Estado mínimo y se considera la redistribución de los recursos y los servicios sociales públicos como ataques a la libertad individual. Dicen que si un ciudadano no puede pagar su sanidad o afrontar la educación de sus hijos, el Estado no tiene porque hacerlo, faltaría más. No les importa si sufre o lo pasa mal. Dónde dejan la caridad  estos buenos cristianos y defensores de los dogmas de la Iglesia. El sentimiento de la compasión, si lo tuvieron alguna vez, ya lo han perdido. Y el respeto a la dignidad de las personas ni está, ni se le espera. Esta nueva visión de lo social de la derecha española ha necesitado de tiempo y dólares, y por supuesto, la influencia de centros de pensamiento, si se les puede llamar así -FAES, Instituto Juan de Mariana y Fundación Everis-, de los que han asimilados los postulados neoliberales y neoconservadores. Estas fundaciones han impregnado de políticas neoliberales -en lo económico- y neoconservadoras -en lo social- los programas o subprogramas del Partido Popular, partido que aglutina a toda la derecha española. Pero, Aznar y sus acólitos de la FAES no han tenido en cuenta que como derecha pueden estar en desacuerdo con las políticas sociales y la justicia social, pero despreciar la caridad puede ser difícilmente comprendido y aceptado por su potencial electorado católico. Me temo que esta jugada de utopía capitalista y conservadora por la que ha apostado la derecha aprovechando la crisis, no tendrá un largo recorrido. Los agentes sociales, los partidos políticos y la ciudadanía se han movilizado para exigirle al Gobierno del Partido Popular que no sea sumiso a las políticas neoliberales que imponen los poderes financieros y que escuchen a los ciudadanos, porque en la calle y masivamente está pidiendo un cambio de rumbo. La ciudadanía pide una rebelión democrática que impida la consolidación de un Gobierno neo-liberal y conservador que sólo trae pobreza y  sufrimiento a la mayoría de la población española.
María José y Ángel Luis Jiménez

viernes, 27 de julio de 2012

Palabras mágicas.

Por fin Europa se hizo presente. Y sólo con unas pocas palabras, pero mágicas para los mercados. Por fin habló el director del Banco Central Europeo, "haremos lo que sea necesario para salvar el euro". Sólo estas palabras han podido más que los recortes de Rajoy, porque han hecho caer en picado la prima de riesgo y se ha disparado hasta un 6% la Bolsa. Respiró el Sur y se cabreó el Norte. Con las palabras del gestor del BCE, España consiguió un momento de respiro, igual que Italia. Aunque ahora habrá que concretarlas con la compra de bonos por el BCE o con el suministro de liquidez al Fondo de Rescate o a los Bancos para que los compren ellos. La situación actual no era normal, y además es intolerable por los sufrimientos que está causando. El BCE tiene entre sus obligaciones controlar la politica monetaria y esta política se había descontrolado con las especulaciones de los mercados sobre la deuda de los socios europeos, lo que estaba afectando al euro. Lo que pueden hacer unas pocas palabras cuando se dicen en el momento y lugar adecuado. Y después se duda del poder de la palabra...
 
Ángel Luis Jiménez Rodriguez

Qué irresponsables !!!

Estamos en las garras de la recesión y a punto de ser intervenidos. El Gobierno dice que espera que "algo" desbloquee la situación actual. Qué insconcientes, irresponsables y no sé cuantas cosas más. Ha llegado la hora de que Rajoy se presente en el Congreso y le diga a todos los españoles la verdad de lo que ha ocurrido y puede ocurrir si nos intervienen. El problema de España no es de liquidez -cualidad de convertir bienes en dinero-, sino de solvencia -capacidad de pagar las deudas-. España es una potencia económica injustamente tratada por los especuladores, los mercados y las instituciones europeas. Pero tambien por nuestros socios del Norte que nos piden más austeridad, más sacrificio y más sufrimiento. La solución a nuestros problemas de solvencia está en Europa. Sin embargo, Europa no quiere financiarnos a precios razonables, aunque si a la banca. ¿A quién sirve el BCE? Para salir de este bloqueo hace falta que entre todos los españoles busquemos un modelo de convivencia, y también prioridades. Debemos definir lo que podemos ser o no ser. Lo que podemos hacer o no hacer. Lo que podemos tener o no tener. Pero, ¿estará el Gobierno y el fantasma de Rajoy a la altura de las circunstancias?.

lunes, 23 de julio de 2012

Se acaba el sistema capitalista.

José Luis Sampedro decía hoy en Valencia, en una nueva presentación de su novela “La sonrisa etrusca”, que “el sistema capitalista se acaba”. Y no tengo la menor duda,  ocurrirá. La crisis pasará, no sé cuándo ni cómo, pero pasará, porque otro mundo nuevo y diferente es posible. Pero, como ocurre en todo parto o nacimiento, hay un periodo de crisis en el que hay dolor y sufrimiento, pero después viene la alegría. Alegría de unos jóvenes “que ya viven otra época”, ajena a la idea de amasar dinero o de consumir sin control, porque ya no hay dinero para consumir masivamente y sin consumo cae el mercado y el sistema. La etapa del dinero, que comenzó en el siglo XV dando lugar a un nuevo poder, pasará gracias, en parte, a las actuales innovaciones tecnológicas y sociales que están produciendo grandes cambios. Los capitalistas no entienden, ni pueden entender estos cambios y sus consecuencias porque su Dios es el dinero y siguen empeñados en ganarlo y nada más. Cada día están más aferrados a sus billetes, a sus bancos y a sus títulos. La prueba de que el “sistema se acaba” está en la indignación y la rebeldía de los jóvenes que arrastran a toda la sociedad. Mientras, los niños van “mucho más allá” porque “ya son de otro mundo”. En la mujer, los jóvenes y un conjunto heterogéneo de personas, que abarcan desde las más radicales posiciones antisistemas hasta las más pacíficamente solidarias contra la injusticia y la pobreza y defensora de los derechos humanos, vive nuestra esperanza. Un mundo racionalmente alcanzable donde puedan participar todos porque es de todos, donde se acabe con la injusticia distributiva, el intercambio descontrolado, la ceguera ecológica y el reduccionismo inhumano, que es lo viejo. Porque lo viejo debe morir para que nazca lo nuevo, aunque sea con dolor y sufrimiento.
Ángel Luis Jiménez Rodriguez

domingo, 22 de julio de 2012

La guerra Norte Sur.

Ayer, el Gobierno francés pidió ayuda para España a la Unión Europea. Así España podría afrontar esta situación límite, con una prima de riesgo en máximos históricos y una deuda imposible de sostener con costes que superan el 7%. Sólo la intervención del BCE, comprando bonos en el mercado secundario, evitaría el desastre. A la misma hora, el Eurogrupo, reunido y sabiendo de la situación, miraba para otro lado, sobre todo, sus socios del Norte. Ya en la pasada cumbre europea, cuando se habló de cómo construir el futuro europeo, se definieron los contendientes en ese soterrado enfrentamiento entre el Norte y el Sur. Francia se definió por el Sur y por políticas de crecimiento para salir de la crisis, y Alemania se definió por el Norte y por políticas de austeridad. Y es que en Europa más que una crisis estamos viviendo una guerra, incruenta, sin pérdidas humanas, ni destrucción de ciudades, pero guerra al fin y al cabo. Hay países que se ven obligados a cambiar de Gobierno, reformar instituciones y modificar el modelo de sociedad sin que exista consenso entre sus ciudadanos, sus parlamentos y, a veces, ni siquiera, entre sus líderes. Esta es una guerra geoeconómica en la que los países más débiles, los intervenidos, están obligados a entregar su soberanía y cumplir las órdenes de los que  intervienen por la incapacidad y torpeza de sus dirigentes. Tampoco han funcionado las instituciones europeas que mejor simbolizan el proyecto comunitario, La Comisión y el Parlamento. No cuentan en el proyecto de unión fiscal, bancaria y quizás política que se está construyendo. Decide más la Cancillería alemana y el Parlamento alemán que el Consejo de Europa y el Banco Central Europeo. Seguramente porque el peso de la economía alemana significa un tercio de la aportación a las arcas comunitarias. Aunque también, por la calidad de sus instituciones en un abierto y cruel contraste con la chapuza institucional de otros países europeos. Pero Merkel se equivoca al creer que en las guerras geoeconómicas no hay bajas, ni tributos de sangre, porque los hay. Una desafortunada lección aprendida de esta crisis financiera es que la mayoría de los políticos europeos son congénitamente incapaces de tomar decisiones difíciles hasta que los riesgos nos ponen al borde del abismo. Menos mal que hasta ahora hemos tenido suerte y no hemos caído, aunque cuidado que todo puede ocurrir. España está perdiendo esta guerra, pero también Europa. La canciller Merkel se cree la ganadora, pero el conjunto europeo sale muy debilitado y no podrá enfrentarse con otras contiendas a nivel global, también complicadas y difíciles, que se están librando en esta crisis.
Ángel Luis Jiménez Rodriguez

miércoles, 18 de julio de 2012

Vidas paralelas

Después de dos meses en el Eliseo, el poder parece que no ha cambiado a Françoise Hollande. A Mariano Rajoy, después de seis meses en la Moncloa, le ha cambiado totalmente. Hollande mantiene la misma calma aparente y el mismo discurso de izquierdas con el que ganó las presidenciales francesas. Rajoy traicionó el discurso con el que ganó las elecciones y su comportamiento es el de un gobernante mentiroso y escurridizo que cree que la mayoría absoluta es también absolutoria. El político francés no se deja arrastrar por el manual ultraliberal que dicta Bruselas, sino que se guía por el diálogo social y el sentido común. El político español acepta que el Estado sea gobernado por mandato exterior.  No sólo no cumple con sus compromisos, sino que los recortes han sido primero negados, luego filtrados, posteriormente anunciados oficialmente y, al final, corregidos y multiplicados en sus efectos devastadores.  Dice el presidente francés sobre las cumbres o reuniones a las que asiste que “no hay diferencias entre la política internacional y la nacional: los pilares, dentro y fuera, deben seguir siendo el crecimiento, la justicia y el empleo”. El presidente español, ocho meses después de ser elegido, acude al Congreso diciendo “Les dije que iba a subir el paro. Les dije que todo iba a ir mal. ¿Qué quieren que le haga?”. Como mínimo debería respetar a los que le pusieron donde está. El socialista francés prefiere hablar de “esfuerzo justo”, en vez de austeridad y recortes. El populista español cada vez que habla de austeridad o anuncia una nueva reforma o recorte, nos sitúa en un presente sin futuro. El jefe del Estado francés ha suprimido la subida del IVA que hizo la derecha, porque no quiere quitar 11.000 millones de euros anuales del bolsillo de los ciudadanos franceses. El Gobierno en el Consejo de Ministros del 13 de Julio, aumentó  el IVA en 2, 3 y 13 puntos. Esto supone, en términos absolutos, la mayor subida de impuestos aprobada en la democracia. Unos 10.000 millones anuales que Rajoy les quita a los ciudadanos españoles. Así que, aunque las vidas sean paralelas en el tiempo y la crisis, hay entre ellos dos diferencias importantes. Uno dice que “los franceses quieren las cosas claras y un líder que dirija el Estado sin interferencias”. El otro sabe que la mayoría de españoles piensan que el sufrimiento que se avecina no tiene otro objetivo que la supervivencia del sistema financiero. Pero no le importa. Uno es de izquierda y el otro de derecha.
Ángel Luis Jiménez Rodriguez

domingo, 15 de julio de 2012

¿Se acabó el Estado de bienestar?

Recibo continuamente correos electrónicos que dicen “Políticos fuera que se pongan a trabajar”. Parece que ni la situación de crisis caduca la ilusión de los nostálgicos del pasado de volver a un Estado tecnocrático, de expertos sin ideas. Aunque no sé si existe ese tipo de monstruo sin alma ni cabeza. El invento no es nuevo, lo defendía el régimen franquista: Un Estado sin políticos, sin política y sin partidos. Es decir, un Estado de política única y de partido único, en el que los disidentes estén fuera de la ley. No existen. Y ahora, poco a poco estamos progresando en ese camino hacia el pasado. Ayer, Rajoy decía que se van a reducir, dependiendo del tamaño de los municipios, hasta un 30% de los concejales. Y también las subvenciones a los partidos políticos y sindicatos en un 20%. Esto es solo el principio. Los Ayuntamientos en el futuro estarán regidos por funcionarios, técnicos o tecnócratas y presididos por un alcalde elegido entre los ricos del lugar, tipo Gil de Marbella, que acabó como acabó. Ha llegado el momento que esperaba la derecha para plantear la privatización de los Ayuntamientos, y después, si procede y es necesario, la del Estado. Un proyecto que denominan “neoliberalismo de Estado”. Será un Estado donde los beneficios (de unos pocos) serán individuales, pero los riesgos (de la mayoría) se socializarán. Un Estado que ya no limitará el poder económico sino que facilitará su predominancia. Un Estado que sólo actuará para favorecer el libre funcionamiento de la competencia (excepto en la citada socialización de las perdidas), y que allanará los conflictos sociales manteniendo el orden público. Por tanto, se acabó el Estado de bienestar que trataba de proteger al ciudadano (“desde la cuna hasta la tumba”) por el hecho de serlo. Sin embargo, lo más terrible es que la amenaza hacia nuestro Estado de bienestar no procede del exterior, de los que se presentan abiertamente como sus oponentes, sino de dentro, de ideologías liberales y movimientos populistas que dicen defender sus valores, pero que cada día lo están debilitando con sus actuaciones. ¿Lo vamos a permitir?  De nosotros depende.
María José y Ángel Luis Jiménez

viernes, 13 de julio de 2012

Reflexiones sobre el 12º Congreso del PSOE de Andalucía.

El líder socialista andaluz José Antonio Griñán, ha perdido importantes apoyos dentro de su partido en el Congreso celebrado en Almería el pasado fin de semana. No obtuvo el respaldo del 29% de los delegados para ser reelegido secretario general. José Antonio Griñan es un político sincero, transparente -se notó en los encuentros y declaraciones a los periodistas durante el congreso- y muy válido para ocupar cualquier cargo o para liderar cualquier puesto. Pero en el anterior Congreso -marzo del 2010-, cuando fue elegido secretario general, se equivocó al elegir una Ejecutiva muy joven y problemática, hecha con la cuña de la dura madera de Juventudes Socialistas. En estos dos años, esa Ejecutiva ha sido muy criticada por su forma de proceder y por las presiones extenuantes o paralizantes que ejercía sobre la organización del partido, sobre todo, su secretaria de Organización, Susana Díaz. Así que, aunque Griñan entendió el rechazo de un tercio de los delegados del congreso a su reelección como un castigo, creo que parte de los votos de rechazo eran muy críticos contra la Ejecutiva que encabezaba Susana Díaz. No sé si la ejecutiva salida de este Congreso, hecha por Griñán a su justa medida, va a poder resolver los enfrentamientos entre críticos y aparato. Por otro lado, resulta curioso que cuando se renueva la ejecutiva del partido siempre se empieza por las mujeres, a las primeras de cambio las mudan de sitio como ha ocurrido con la actual presidenta Rosa Torres. Esto dificulta la consolidación de los liderazgos femeninos. Así que, descartada Micaela Navarro por estar con los críticos, ha sido Amparo Rubiales la elegida como presidenta. Una apuesta personal de Griñán por la compañera que se mantuvo a su lado en la pasada campaña andaluza cuando se sintió más solo. Además, en este Congreso se ha puesto de manifiesto, aunque ya se conocía, que el PSOE no cerró bien la transición entre Chaves y Griñán. Y que la “pax romana” de Manuel Chaves se acabó en el PSOE. Ahora, les corresponde a los congresos provinciales del próximo fin de semana decidir parte de la suerte de los críticos y, por supuesto, el futuro del partido. ¡Ojalá les salga bien!  
Ángel Luis Jiménez Rodriguez

martes, 10 de julio de 2012

¿Tiene salvación Europa?

En la creación del euro, los errores cometidos han sido muy grandes, la falta de integración previa en muchas áreas, una regulación bancaria efectiva y una política fiscal y presupuestaria común. Ya lo decía en su día Jacques Delors, presidente de la Comisión, “mejor no hacerlo que hacerlo a medias”. Así que, ahora toca hacer lo que no se hizo antes y avanzar hacía más Europa, si queremos salvarla. Todo ello pasa por una cesión de soberanía inimaginable de los Estados nacionales. Pues, habrá que dar a Bruselas amplísimos poderes de decisión sobre los presupuestos nacionales. Pero, a quién le cedemos concretamente esa soberanía. Y, sobre todo, como elegiremos a los reguladores bancarios o de finanzas y a los ejecutivos de las instituciones a las que estaremos cediendo soberanía. Serán tecnócratas, expertos anónimos o políticos. Esa es la cuestión, pues no queremos admitir que cuando cedemos soberanía estamos haciendo planteamientos políticos y no económicos. España y sus socios europeos ya han transferido parte de su soberanía, pero no han transferido al mismo tiempo suficiente legitimidad democrática. Antes, cuando no había euro, ni prima de riesgo, pero si diferencial de la deuda soberana, intervenía el Banco de España. Ahora, cuando sube la prima de riesgo de la deuda de cada país, inclusive por encima de los 500 puntos, no interviene el Banco Central Europeo. Sin embargo, este debería tener un papel más activo y facilitar la colectivización de la deuda como piden Francia y los países del Sur, pero la mano larga de Alemania no lo permite. El resultado, un proceso especulativo constante e imposible de soportar por las economías de los países  europeos, especialmente de los del sur de Europa. No podemos vivir así, ni estar permanentemente pendientes de los mercados. Porque el mercado no es Dios, ni lo puede ser. Si queremos alejarnos de la especulación, que tanto daño causa, los mercados financieros tienen que ser regulados por las instituciones europeas elegidas democráticamente. En consecuencia, no se puede ceder más soberanía sin ampliar la democracia, porque entonces se caería en el riesgo de estar construyendo una Europa ultraliberal e insolidaria. Esa Europa no la queremos los ciudadanos europeos. Además, se cuestionaría el Estado democrático y de bienestar que hemos construido con tanto esfuerzo y durante muchos años entre toda la ciudadanía.
María José y Ángel Luis Jiménez

sábado, 7 de julio de 2012

Se acabó la impunidad.

La Justicia inicia diligencias sobre el deterioro patrimonial de BANKIA, parece que se acabó la impunidad para sus anteriores gestores y órganos reguladores, sin que el Parlamento haya adoptado iniciativas o investigación para dilucidar responsabilidades por este asunto que ha afectado al sistema financiero español. El bloqueo de los diputados del partido del Gobierno ha impedido la investigación como se ha hecho con este mismo problema en la mayoría de los países de nuestro entorno. Ha tenido que ser la querella de un partido pequeño y de creación reciente como UPD la que ha facilitado la iniciación de la investigación judicial. Así que si el PP pretendía que los altos ejecutivos de Bankia no dieran la cara, no fueran sometidos a preguntas o los medios de comunicación informaran lo menos posible, se han equivocado una vez más. Ahora, esos mismos ejecutivos se ven convocados en la Audiencia Nacional como imputados. Además, se llama como testigos al ex gobernador del Banco de España y al auditor que se negó a firmar las cuentas formuladas por el equipo de Gobierno de BANKIA en 2011, razón por la que las cuentas de ese ejercicio no se presentaron, ni se hicieron públicas. De este hecho, que comporta la apertura de un expediente administrativo sancionador y responsabilidades administrativas y civiles, ya se ocupó el PP para que no hubiera expediente, ni sanciones. Aunque no se esperaban que las hubiera penales. La fiscalía apoya la admisión a trámite de la querella por afectar obviamente a los intereses generales y a millones de personas, pero el auto de apertura del juez instructor, Fernando Abreu, todavía no es firme. En él se imputa a todos los que fueron miembros de los Concejos de Bankia -el banco bueno- y del BFA -el banco malo- y se puntualiza -es lo normal en estos casos- que aún no puede definir las responsabilidades exigibles a cada uno de los imputados. La investigación era indispensable. Beneficios transformados repentinamente en pérdidas abismales, alteraciones contables, manipulaciones tendentes a obtener un patrimonio positivo para poder salir a Bolsa, y finalmente, el afloramiento de un desfase de 23.000 millones de euros que obliga a recurrir a la ayuda financiera europea con garantía del Gobierno. Todo eso no podía sustanciarse, como quería el Gobierno, sin la menor explicación a los contribuyentes, llamados a cubrir el agujero. Las diligencias abiertas por la querella prueban que el bloqueo político de las indagaciones por parte del PP estaba condenado al fracaso. Ahora, será un juez de la Audiencia Nacional quién averiguará qué pasó dentro de BANKIA, dirimiendo -por los delitos que se hayan cometido- las responsabilidades penales que haya. Y no me cabe la menor duda, las hay. Así que no habrá paz para este Gobierno, sino hay justicia para el pueblo. Esto o algo parecido decía Emiliano Zapata hace un siglo para otro país, pero también vale para hoy y en el nuestro.
Ángel Luis Jiménez Rodriguez

martes, 3 de julio de 2012

El conflicto minero.

Hoy fracasaron las negociaciones de la crisis del carbón y el conflicto minero. El ministro de Industria, reunido con los sindicatos UGT y CCOO, ha dicho que no admite cambios en los recortes a las ayudas para el sector previstas en los presupuestos del 2012. Los sindicatos exigen revisar los recortes para evitar que algunas minas cierren ya este año. El ministro dijo que el Gobierno sólo hablaría de las ayudas al sector para el periodo 2013/2018. Los representantes de UGT y CCOO, al final de la reunión, se han preguntado para qué los habían convocado, pues la posición del Gobierno era conocida. Los sindicatos han dejado muy claro que las movilizaciones se mantienen, también los encierros en pozos mineros de Asturias y León y la marcha negra hacia Madrid, donde esperan llegar el 11 de Julio. Este Gobierno intransigente no asume sus compromisos con el sector y, con su actitud, endurecerá el conflicto minero porque no deja salida alguna. No sé si habrá valorado la decisión tomada y sus consecuencias, porque cada semana encontramos hechos que desmienten lo proclamado solemnemente la semana anterior. Me permito aconsejarle a Rajoy que aprenda de la historia del conflicto minero. Le recuerdo -y está escrito en las memorias del teniente general Francisco Franco Salgado- que el 21 de julio de 1962 el dictador Franco le confió a su primo y secretario militar, que si España era admitida en la Comunidad del Acero y el Carbón, precursora de la Unión Europea, las minas españolas de carbón tendrían que sufrir un severo revés. Sin embargo, no fue así, los mineros lograron doblegar a Franco, aunque las represalias fueron muy duras. Lo esperado en una dictadura como aquella, pero ahora estamos en democracia. Esta es la batalla por la supervivencia de un sector del que existen referencias como explotación industrial en Asturias desde 1801. El sector del carbón español se sentía amenazado por una muerte segura, pero todavía contaba con seis años de margen -hasta el 2018-, lo que permitía abrigar futuras esperanzas, aunque fueran prórrogas. Pero el Gobierno del PP y su programa de austeridad para reconducir la desviación del déficit, han recortado las ayudas directas a la explotación en 190 millones de euros. Una súbita disminución del 63% de las subvenciones, sin las que la mayoría de las empresas mineras cerrarán. Los empresarios y trabajadores del sector defienden el sostenimiento de una reserva estratégica de producción nacional como garantía de suministro y como margen de soberanía energética. Reconocen estar subvencionados pero como otros muchos sectores productivos nacionales. “Había fondos para crear empleo, había una planificación ordenada y se la quiere cargar este Gobierno”, dicen. “Estamos obligados a defender nuestro futuro y el de nuestros hijos, aunque la minería del carbón ya no sea rentable, pero eso no justifica destruirla de un día para otro”, afirman. “Somos trabajadores que luchamos contra un abuso, que trata de eliminar nuestra forma de vida, nuestros abuelos lucharon en el 34, nuestros padres en el 62 y ahora, nos toca luchar a nosotros”, proclaman. “Esperamos que la situación cambie, y que haya una propuesta ordenada y coherente, porque si no alguien se puede hacer daño de verdad”, concluyen. Así que, el Gobierno del PP está obligado a reabrir el diálogo y aprender de reconversiones anteriores y, sobre todo, no decir una cosa y practicar la contraria. Cuando llegaron al Gobierno los socialistas en el 82, la minería del carbón daba ocupación a 52.910 trabajadores. Los sucesivos planes de ajuste y reconversión negociados -sin despidos traumáticos, con generosas prejubilaciones y medidas de acompañamiento, y la debida compensación social y territorial- redujeron el empleo en el carbón a los 7.900 obreros de la actualidad. Esa debe ser la hoja de ruta del Gobierno y lo que tiene que hacer Rajoy, si su soberbia se lo permite. Porque durante demasiado tiempo les ha regalado el oído a los mineros y ahora no los quiere ni escuchar. Así que se atengan a las consecuencias de lo que pueda ocurrir.
María José y Ángel Luis Jiménez

domingo, 1 de julio de 2012

El “medicamentazo”.

El crecimiento indispensable para salir de la depresión económica depende de varios factores. Según la Organización Mundial de la Salud, y aunque el Gobierno del PP no lo considere, uno de estos factores es la salud de la población. La salud no sólo beneficia a las personas, sino también a la economía de un país. Prevenir es mejor que curar y además, es más barato. Esta semana el Gobierno decidió no subvencionar la compra de 465 fármacos, que hasta ahora se compraban con receta de la sanidad pública. A partir del “medicamentazo” habrá un incremento de la automedicación, lo que resultará ciertamente ineficaz desde el punto de vista de la salud y de la economía. La ministra Ana Mato afirma que los medicamentos han sido excluidos de la Seguridad Social por su dudosa utilidad terapéutica, aunque está claro que existen porque sirven para tratar síntomas o enfermedades leves que se pueden transformar en graves sin el adecuado tratamiento. Este recorte sanitario afectará fundamentalmente a personas de avanzada edad, que ya iban a tener dificultades con el copago y que ahora sufren un nuevo golpe. No sé cuantos golpes y recortes más podrán aguantar de la ministra de Sanidad y Seguridad Social. Además, con el “medicamentazo” no se paga en función de la renta, sino en función de la enfermedad. Paga más el que más enfermo está, no el que más dinero tiene. Lo cual va en contra de derechos constitucionales como los de igualdad y equidad. Aunque eso le preocupa poco a la ministra Mato y al PP. Y lo más grave, esta medida es otra mentira más del Gobierno, porque no forma parte de un plan para salvar la sanidad pública como dicen, sino para desmontar otro servicio público del Estado de Bienestar.
María José y Ángel Luis Jiménez