miércoles, 31 de agosto de 2011

El feminismo de derechas.

No entiendo al PP. Tampoco entiendo a su secretaria general María Dolores de Cospedal -con ingresos superiores a 240.000 euros durante 2009-, cuando dice que su partido no piensa recuperar el Impuesto sobre el Patrimonio y aboga por una bajada de impuestos. Ayer, afirmaba “Más impuestos equivalen a más paro”. Este argumento contradice la situación fiscal de Suecia, Alemania y Francia, países con mayor presión fiscal y no tan desbordados como España por el desempleo. Pero decir esto en los momentos que vivimos es escandaloso sobre todo cuando las arcas del Estado están en dificultades y el déficit nos supera. Estas declaraciones y otras tan inciertas sobre el número de asesores de Zapatero, las deudas con las farmacias o las escuchas ilegales de la policía a los dirigentes del PP –nunca denunciadas ante un juzgado-, me hacen pensar que no anda muy fina ante los medios de comunicación, por eso los desprecia cuando puede. Y es que cada día se parece más a las “tigresas” de la derecha americana del Tea Party, Sara Palin, Michele Bachmann y compañía. Todas ellas conservadoras, populistas y demagogas, que dicen no ver sus valores reflejados  en las propuestas de las políticas sociales colectivistas o en las cuotas de género. Ahora quieren hacernos creer que son las únicas voces de los que no tienen voz o no son escuchados. Y se atreven a decir que son las autenticas representantes de los trabajadores y que defienden la igualdad tanto o más que las  feministas. Para ellas el feminismo no es de izquierdas ni de derechas. Sin embargo, olvidan que el feminismo es un movimiento transformador, holístico e integrador, por tanto, no puede ser de derechas porque incluye en su visión la necesidad de transformar las estructuras que mantienen oprimidas a todas las mujeres y no sólo a unas mujeres. Por eso el feminismo es también anti racista, anti homo, anti todas las formas de discriminación. El feminismo es, ha sido y será siempre de izquierdas. Siempre se ha articulado en torno a las instituciones de la izquierda y relacionado con el movimiento obrero. Estas mujeres que se definen como feministas de derechas dicen asumir como propias esencias del feminismo como la elección individual y la libertad personal, pero a mi entender con conceptos equivocados. Por eso, cuidado con este feminismo de derechas porque es peligroso y pretende confundir. Y si lo ignoramos al final nos puede salir caro.
María José Jiménez Izquierdo y Ángel Luis Jiménez Rodriguez

martes, 30 de agosto de 2011

La libertad religiosa y el derecho a una muerte digna.

La Constitución Española garantiza la libertad religiosa en su artículo 16. En una sociedad democrática la religión no sólo es lícita, sino indispensable para muchos ciudadanos que siguen encontrando en ella una esperanza más alla de la muerte. Pero esa garantía constitucional no  autoriza a ninguna confesión religiosa a sustituir al poder político, ni a negar las leyes que el pueblo soberano se otorga para la convivencia, y mucho menos a decidir sobre la muerte de las personas. Esto está en relación con lo ocurrido esta semana en un hospital de Huelva, donde a una enferma terminal se le ha retirado la sonda de alimentación artificial, a petición de su hijo y por orden de la Junta, en cumplimiento de la ley de muerte digna de Andalucía. Pues bien, el autodenominado grupo pro-vida de Huelva, siguiendo las directrices de su obispo que consideraba lo ocurrido como un acto de eutanasia, ha presentado dos demandas ante los juzgados, números 4 y 5 de Huelva, para que se restablezca la alimentación por sonda a la paciente. Denuncias que han sido archivadas, tras recabar el juez del nº 5 información médica y hablar con los parientes de la enferma terminal. No sé si el obispo y el grupo confesional sabían que las denuncias interpuestas para intentar una intervención judicial eran contrarias a derecho, o sólo pretendían combatir perversamente la ley de muerte digna de Andalucía y, sobre todo, castigar publica y ejemplarmente al hijo de la enferma terminal por tener la valentía de defender el derecho de su madre a no querer ser alimentada artificialmente. “Mi madre no quería vivir amarrada a unos tubos”, aseguró al juez su hijo. Pero esto no importaba, había que añadir más sufrimiento al dolor e intentar sembrar remordimientos donde sólo cabía  la paz por haber actuado benéfica y respetuosamente con los deseos de la madre.  Ante este hecho, decía la Asociación Federal Derecho a Morir Dignamente (AFDMD), “Lo que de verdad pretendía la jerarquía católica y sus organizaciones instrumentales con estos actos es seguir metiendo miedo a los ciudadanos para convertirlos nuevamente en súbditos dóciles de su pretendido magisterio moral”. Continuaban, “este es un hito de la lucha ciudadana por el derecho de autodeterminación que, pese a estar formalmente reconocido en las leyes sanitarias, sigue conculcándose diariamente en asilos y hospitales”.

María José Jiménez Izquierdo y Ángel Luis Jiménez Rodriguez

domingo, 28 de agosto de 2011

¿Qué democracia queremos?

Vivimos tiempos en los que se habla mucho pero no se entiende nada. Los ciudadanos no comprendemos por qué Cristóbal Montero del PP decía ayer que el déficit es un axioma de la izquierda. Y por qué Rubalcaba, candidato del PSOE, le respondía que no hay nada peor para la izquierda que tener una deuda excesiva, que hipoteca el futuro de los españoles, para justificar al acuerdo en la reforma constitucional. Desconocemos por qué el Gobierno hasta ahora había sostenido que bastaba la ley para garantizar el control del gasto público y la estabilidad presupuestaria, y de pronto, no basta y la Constitución Española debe ser garante del déficit. ¿Se nos oculta algo que no sabemos? ¿Es una nueva exigencia europea ante la situación extraordinaria que hemos vivido en el mes de Agosto? ¿Por qué no lo explican? No entendemos por qué se tiene que reformar la Constitución deprisa y corriendo, sin debate y al margen de los ciudadanos, cuando dicen que lo que se va a aprobar no supone un enorme cambio con respecto a las restricciones legales nacionales y comunitarias que ya tenemos. Entonces, por qué ese miedo a cumplir lo que dice el artículo 92 de la Constitución: “Las decisiones políticas de especial trascendencia podrán ser sometidas a referéndum consultivo de todos los ciudadanos”. Y por qué se dice que tendría un coste excesivo, cuando se podría celebrar el 20 de noviembre, fecha de las elecciones generales, sin coste adicional. Finalmente, por qué el PP, a través de su portavoz, insiste en rechazar el referéndum por “la complejidad técnica de la reforma, el propio contenido técnico del acuerdo, amén de que no es una exigencia constitucional”. Y esa no sería una razón más para que los ciudadanos participen. Además, está la insistente demanda en internet pidiendo el referéndum para ratificar la reforma constitucional, sólo en la página www.actuable.es se han recogido cerca de 90.000 firmas. Excluir a la ciudadanía de una decisión que afecta al gasto público y a derechos como la educación y la sanidad, que vertebran el Estado social de derecho del título preliminar de nuestra Constitución, supone un nuevo golpe a nuestra democracia y pone de manifiesto como el recorte en derechos sociales suele ir acompañado de una merma de derechos políticos. Por eso, en situaciones como estas, el mensaje que recibimos los ciudadanos de nuestros parlamentarios y partidos políticos es que la democracia española está limitada a votar cada cuatro años sin que se ofrezcan oportunidades de participar en referendos vinculantes o en otras formas de democracia directa. Esa no debe ni puede ser la respuesta del Parlamento español a los ciudadanos que demandan en las calles más y mejor democracia. Esta no es la democracia que queremos los españoles.
María José Jiménez Izquierdo y Ángel Luis Jiménez Rodriguez

viernes, 26 de agosto de 2011

Decidamos todos/as la reforma Constitucional.

Hoy, viernes 26 de agosto, quedará presentado en el Congreso de los Diputados el texto pactado entre PSOE y PP para modificar la Constitución. Esta modificación tiene como fin incluir en la constitución un principio genérico de estabilidad presupuestaria que impida al Estado y las Comunidades Autónomas incurrir en un déficit estructural que supere los márgenes establecidos por la Unión Europea. El texto acordado no fija cifra sobre  los límites del déficit, sino que se remite a una ley orgánica que tendrá que ser aprobada antes del 30 de junio de 2012 y que precisará un déficit del 0,40% para las Administraciones públicas a partir del 2020, pudiendo ser revisada en 2015 y 2018 según la evolución de la economía. Este texto tiene que ser registrado hoy en el Congreso para que el Pleno convocado el martes lo debata y pueda ser aprobado como máximo el viernes 2 de septiembre. El presidente Zapatero con este acuerdo sacrifica la posición socialista sobre este asunto en un nuevo intento de calmar a los insaciables mercados y satisfacer al Banco Central Europeo y al eje alemán-francés, dejando a Rubalcaba a los pies de la derecha, sin programa y sin sus electores potenciales. Este acuerdo, tan determinante para nuestro futuro, implica un ataque importante al gasto público: sanidad, educación, ayudas sociales y es sin paliativos un ataque frontal al Estado de bienestar. Además, tiene consenso suficiente para ser aprobado por el Congreso y Senado. Ahora, la ciudadanía debe conseguir en un plazo de 15 días que 35 diputados o 26 senadores soliciten un referéndum. Y no existe mejor medio, ni más rápido para movilizarnos que las redes sociales o las páginas web de microblogging o actuable. Así que todos en marcha. La plataforma Democracia Real Ya (DRY), una de las convocantes del 15-M, ha difundido un manifiesto que lo dice muy claro “La ley de regla de gasto en la Constitución supondrá una pérdida de soberanía”… “No somos mercancía en manos de políticos y banqueros”. Finalizando con una declaración de principio, que deberíamos hacerla nuestra: “Seguimos oponiéndonos tajantemente a este tipo de medidas que se deciden sin consultar con quien realmente debería ostentar la soberanía: el pueblo”. No podemos admitir lo dicho muchas veces por los burócratas del poder, “Todo para el pueblo pero sin el pueblo”. Hay que oponerse con acción y movilización popular, recordándoles a los representantes del pueblo, por si se les hubiera olvidado, que todo el poder del Estado deriva del pueblo y de sus decisiones, principio básico de toda democracia.
María José Jiménez Izquierdo y Ángel Luis Jiménez Izquierdo.

jueves, 25 de agosto de 2011

Límites a la pluralidad política.

La Ley Orgánica 02/2011, de 28 de enero, del Régimen Electoral General, aprobada este año en el Parlamento por los grandes partidos PSOE, PP, CIU y PNV, se hizo para optimizar y agilizar el proceso electoral, situar las candidaturas presentadas en un volumen razonable y asumible -según datos oficiales, el número de partidos políticos inscritos en el registro del Ministerio del Interior asciende a 3.245, aunque la mayoría no tiene actividad y en las elecciones generales de 2008 sólo se presentaron 97-, y como medida de regeneración democrática que contribuyera a eliminar el “transfuguismo”. Estas medidas que en principio parecen querer evitar los errores del pasado -el “Gilismo”-, me crean dudas al no estar seguro de su bondad democrática. Por ejemplo, imponer a los partidos sin representación parlamentaria la necesidad de recoger más de 35.000 firmas en 20 días -el tiempo que media entre la convocatoria oficial y la finalización del plazo de presentación de las listas-, crea una situación poco democrática porque la mayoría de los partidos carecen de medios para afrontar esta medida en tan corto plazo. Además, al aumentar las limitaciones para que los ciudadanos entren y participen en nuestro sistema democrático se favorece  la permanencia en la política sólo de los políticos profesionales, sólo 11 formaciones políticas tienen asegurada su presencia en las próximas elecciones generales. Esta reforma de la ley electoral genera un nuevo obstáculo a la representación real de los ciudadanos, una nueva traba al pluralismo y la democracia. Y todo esto se hace cuando millones de personas indignadas salen a la calle a partir del 15-M reclamando precisamente que se abra más nuestra democracia. Esta no es la ley democrática que esperábamos. Así que habrá que seguir luchando por una ley que satisfaga a todos, o cuando menos a casi todos. Porque esta no lo hace.
María José Jiménez Izquierdo y Ángel Luis Jiménez Rodriguez

martes, 23 de agosto de 2011

Gadafi perdió, pero ¿quién ganó?.

Con la entrada de los rebeldes en Trípoli y la batalla final por la ciudad, el régimen de Gadafi está acabado. Gadafi perdió, pero todavía no sabemos bien quién ganó, pues los intereses políticos y económicos de Libia son muchos. Tiene abundante gas y petróleo. Lo evidente es que el pueblo libio se merece un futuro de paz, justicia y democracia y que el mundo estará más seguro y mejor sin Muamar Gadafi, sólo hay que recordar su perfil. En 1969 tomó el poder después de un golpe militar, llevaba por tanto 42 años al frente de Libia. Gadafi fue primero un héroe revolucionario que quería imitar a Naser de Egipto, después un paria internacional, por ser en los años ochenta el gran mecenas del terrorismo internacional y responsable del atentado contra el vuelo de la Pam Am que explotó sobre la localidad escocesa de Lockerbie en 1988, con 278 personas muertas. Para finalizar como un aliado estratégico de las grandes potencias, porque, tras ver lo que había sucedido con Sadam Husein en Irak, eliminó su programa de armas de destrucción masiva bajo supervisión internacional. Hoy era un guiñol, senil, con el rostro deformado por el abuso del botox y con la peor versión del régimen aplastando a los disidentes y asesinando a los opositores dentro y fuera de Libia. Ahora, le quedan dos cosas por hacer a Gadafi, abandonar definitivamente el poder para que no haya más derramamiento de sangre y comparecer ante la Corte Penal Internacional para ser juzgado por sus delitos. ¿Pero lo hará o se escapara? En esta primavera árabe, están cayendo uno tras otro todos los dictadores del norte de África y Oriente medio, porque la democracia es la mejor solución para sus problemas. ¿Para cuándo la caída de Bashar al Asad en Siria? Espero que sea pronto, Insha-Allah.
Ángel Luis Jiménez Rodriguez

lunes, 22 de agosto de 2011

Lo que queda después de las JMJ.

Hoy por la tarde el Papa abandonaba Madrid y las Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ), aunque le quedaba todavía su discurso de despedida en el aeropuerto de Barajas. La tormenta del sábado, acompañada de un fuerte viento, se llevó parte del discurso preparado sobre sus planes de futuro para los jóvenes. En él les indicaba que debían casarse o convertirse en religiosos. Menos mal que el viento estuvo oportuno. La Iglesia ha estado de fiesta en Madrid. No lo digo yo, la jerarquía, cuando se criticó los gastos de estas jornadas, decía que costaban como una fiesta o un concierto de Rock. Que queda de esta visita: la idea de la religión como espectáculo, representación teatral -los pasos de semana santa fuera de contexto eran eso representación-, fenómeno de masas y culto a la personalidad del pontífice, sin apenas componente religioso y espiritual, ni horizonte alternativo y transformador, como no fuera casarse o hacerse religioso o religiosa. ¡Qué pobreza de espíritu! ¡Qué ignorancia! No conocen el dato de que el 46% de la juventud española está en paro. Se han olvidado de que la verdadera naturaleza de la religión es su dimensión mística y liberadora. Los organizadores de las jornadas olvidan o ignoran el pasaje del primer libro de los Reyes (IRe19.11-12) que dice “Y vino tras el viento un terremoto, pero no estaba Dios en el terremoto. Vino tras el terremoto un fuego, pero no estaba Dios en el fuego. Tras el fuego vino un ligero y blando susurro, y ahí si se encontraba Dios.” Porque la preocupación de la Iglesia, aquí y ahora, era mostrar el poder y la fortaleza del número: un millón, dos millones…, cuanto más mejor, en eso consistía el éxito del viaje. ¡Qué tiempo, esfuerzo y dinero perdido! Por eso no había tiempo para reunirse con los inmigrantes, las mujeres maltratadas, con los cristianos y cristianas de base, con los jóvenes del 15-M. Qué ocasión perdida, como las anteriores visitas a Santiago de Compostela y Barcelona, para estar con los sectores más vulnerables de la sociedad, y hacer realidad la opción por los pobres, y predicar la paz y la caridad. El teólogo José María Castillo, de la Universidad de Granada, sostiene que la crisis de Dios se desencadena por la forma falseada de presentarlo a la sociedad. "Mucha gente no ha abandonado su creencia en Dios porque se haya pervertido, sino porque se le ofrecido una imagen de Dios tan deformada, que Dios le resulta inaceptable e incluso insoportable".
Ángel Luis Jiménez Rodriguez

domingo, 14 de agosto de 2011

El mantra de la austeridad.

La tensión en los mercados financieros, que de nuevo padecemos, no sólo ha sido causada por los especuladores, sino también por esa obsesión con la austeridad que ha liderado en Europa, Ángela Merkel, y en España, Mariano Rajoy, “el hombre que no tiene nada que decir”, según lo presentaba esta semana The Economic. Ahora, creo que lo conveniente en economía es pecar más por exceso que por defecto. Por eso, el BCE debe continuar comprando deuda soberana de Italia y España, y al mismo tiempo comprar deuda pública hasta conseguir estabilizar el mercado. España debe atacar el déficit estructural que se concentra ahora en las Comunidades Autónomas, pero sin tomar medidas adicionales, y sobre todo sin obsesionarse con la desconfianza que pueda provocar en los mercados. El discurso del Gobierno y de su candidato Rubalcaba debe ser sobre el empleo y no sobre el déficit, porque sin empleo estamos abocados a la recesión y al déficit. Y eso es peor. Las políticas de austeridad, que predica la derecha, debilitarían más la economía y nos conducirían irremediablemente a la recesión económica, que como siempre afectará gravemente a los que menos tienen. Y es que insistir en el déficit y predicar la austeridad, recortar las políticas sociales y privatizar servicios como los de sanidad y educación son la forma más útil que ha encontrando el Partido Popular para atacar al Gobierno. Paul Krugman dice, este domingo en su artículo de El País, “que cuando uno sangra profusamente por una herida, quiere un médico que le vende esa herida, no un doctor que le dé lecciones sobre la importancia de mantener un estilo de vida saludable a medida que uno se hace mayor… uno quiere políticos que busquen una recuperación rápida -ante tanto paro-, en vez de gente que le sermonee sobre la sostenibilidad fiscal a largo plazo o sobre la austeridad”. Ante este planteamiento de Krugman, ¿cuál debe ser la respuesta real de los Gobiernos ante los graves problemas de esta crisis? Está claro. Más gasto gubernamental y no menos; medidas agresivas para reducir la deuda familiar mediante la condonación y la refinanciación de las hipotecas; y nuevos planes de obras públicas para aliviar el paro masivo que tenemos. Lógicamente las derechas y sus especialistas económicos, como Cristóbal Montoro, tacharán estas ideas -del nobel Krugman- de irresponsables. Pero, lo que de verdad es una irresponsabilidad es dejar que la economía siga desangrándose y que el paro continúe descontrolado.  Mientras tanto Rajoy sigue en silencio y sin nada que decir. ¡Madre mía, con lo que está cayendo!
Ángel Luis Jiménez Rodriguez

viernes, 12 de agosto de 2011

La debacle norteamericana.

No hay periódico o medio de comunicación que en estos días no se pregunte si ha llegado ya el declive del imperio norteamericano. Esto me parece exagerado y está planteado erróneamente. A nadie se le escapa que el gigante norteamericano, primera potencia mundial, ha sentido como un zarpazo la rebaja de nota de la agencia de calificación Standard & Poor´s, ya que deja de pertenecer a la elite de los países cuya deuda soberana posee la máxima calificación, la triple A. Este deterioro de EEUU y de su Administración era explicado por el presidente Obama con estas palabras, “lamento que nuestro país no tenga un sistema político AAA, en consonancia con su crédito AAA”. Sin embargo, Mitt Romney, precandidato presidencial republicano, dice “EEUU está a punto de dejar de ser una economía de mercado”. Ese lamento no tiene sentido cuando la realidad es que los mercados reinan en ese país y los terroristas financieros ayudados por la derecha más reaccionaria lo gobiernan. Vamos que siembran el terror entre ahorradores, inversores y gobierno con la colaboración del extremismo republicano. ¡Qué irresponsable oposición norteamericana, incluido el grupo populista de presión que representa el Tea Party! Y lo más grave es que esa imagen de deterioro que ofrece ahora EEUU no es sólo un asunto interno. Sus dolores de cabeza político y económico están contagiando al resto del mundo, especialmente a Europa. Los rumores de ayer sobre la degradación de la deuda francesa, y la posible rebaja de la nota a los bonos franceses, han hecho caer a las bolsas por miedo y después, hundirse en caída libre por el pánico. Nos espera otra semana negra. El inicio de este periodo de miedo y pánico fue el vergonzoso proceso de negociación sobre el límite de la deuda entre demócratas y republicanos, lo que puso al borde de la quiebra a la Administración Obama. Como consecuencia, la economía mundial está entrando de nuevo en recesión. Y todo producido por la influencia de ideas radicales y destructivas sobre las que tenemos que pensar y maniobrar para que se conviertan en transitorias. No debemos tenerle miedo al ascenso de los grupos ultras con ideas extremistas, que adquieren súbitamente una influencia significativa y dominan la escena política en muchos países del mundo, porque son fenómenos recurrentes que desaparecerán  igual de rápido que aparecieron. Pero para ello hace falta un liderazgo con capacidad para influir en un cambio de las relaciones económicas internacionales. Países capaces de suministrar los estímulos necesarios para relanzar la actividad económica. Se ha demostrado que elevar el techo de gasto y establecer recortes en las actuales circunstancias, como ha hecho EEUU y Europa, nos conduce a un callejón sin salida que no genera empleo, ni da confianza en el futuro. Debemos fortalecer las instituciones democráticas, pues la debilidad institucional continúa alimentando y fortaleciendo el poder de los mercados. ¿Qué pasaría si pasáramos del apocalipsis de los mercados y nos pusiéramos a hacer cosas importantes como alimentar a los millones de personas que pasan hambre en el mundo? ¿Serian posibles en una economía de mercado -con sus agencias, bolsas, primas de riesgos, etc.- esas utopías?   

Ángel Luis Jiménez Rodriguez

lunes, 8 de agosto de 2011

No nos representan.

Después de las pasadas elecciones, en muchos comités provinciales del PSOE se ha instalado un clima de enfrentamiento y tensiones. En Córdoba, esa tensión era palpable en las fechas previas a las pasadas elecciones municipales ante la salida del posible candidato Rafael Blanco para colocarse en su lugar el secretario provincial Juan Pablo Duran, que había salido de mala forma de Cajasur. Estos enfrentamientos y tensiones han provocado la dimisión de miembros del comité provincial y cargos institucionales, inclusive de Juan Luis Rascón, diputado nacional, que se marcha indignado a la judicatura de donde procede. Ellos representaban lo mejor del socialismo cordobés. Y es que la dirección provincial del partido en Córdoba no acepta las críticas, ni su responsabilidad como causante del fracaso de las elecciones en Córdoba y provincia. Rascón en su blog no duda en calificar lo que ha ocurrido como una purga. “La purga en un partido político es inversamente proporcional al liderazgo y a la inteligencia común de quien la promueve o de quien la consiente”, dice. Y es que Juan Pablo Duran es de esos políticos que no quieren tener a su lado gente brillante, sino leales que busquen el chusco, como decía Rascón y estén dispuestos a matar por él. Así, ha perdido la posibilidad de contar con personas valiosas cuyo apoyo, consejo y colaboración son tan necesarios en estos momentos para afrontar la crisis del partido, de las instituciones y de la sociedad en general. Los partidos si hacen la vista gorda ante estas situaciones o no toman medidas para evitar esas realidades estarán alimentando ese desafecto que se traduce en decepción con la “clase política”. La militancia, sin poder hacer nada, pues todo el poder lo tiene el aparato, se va distanciando del partido y considera cada vez más la democracia interna como una utopía. No nos representan dicen los del 15-M. Qué razón tienen.

Ángel Luis Jiménez Rodriguez

domingo, 7 de agosto de 2011

Las cuentas de la familia y el Estado.

En esta crisis, los especialistas son los únicos que creen poder hablarnos de economía. Esos economistas aterrados nos explican lo que ha ocurrido en estos casi tres años y nos advierten de los peligros del déficit público.  Parece que pensarán que la economía no afecta a la gente común, a la gente corriente, que podría contarnos de forma más sencilla y cotidiana las cuentas de su familia o del Estado. Por eso, dejémonos de abstracciones, de hablar del mercado o de las llamadas agencias de calificación -a propósito, cuándo la Comisión Europea abrirá expediente a esas agencias cada vez que golpeen injustamente nuestra deuda poniendo una nota a capricho-, y otras zarandajas que lo que hacen es confundir al personal. Los jóvenes del 15-M lo tienen muy claro, una de sus reivindicaciones es acabar con el gobierno de los mercados para devolvérselo a la política. Pero, política con mayúscula y con procesos electorales verdaderamente democráticos. Es intolerable que los mercados – repetimos por si a alguien se le ha olvidado, los mercados son los ricos, los que tienen el dinero- dicten las políticas de los gobiernos, sus presupuestos -cómo ingresar y  gastar- y las condiciones que deben cumplir para recibir préstamos de los bancos. A los bancos acudimos los que necesitamos dinero para pedir un préstamo o crédito y si lo hacemos ya formamos parte del mercado financiero. Primeramente, los bancos comprueban lo que tenemos -ingresos y patrimonio- y lo que debemos -otros préstamos- para asegurarse la devolución del préstamo, inclusive investigan nuestra reputación y el tipo de vida que llevamos. Si todo es positivo y el mercado funciona es probable que nos concedan el préstamo solicitado. Igual ocurre con el Tesoro público, aunque las cifras sean mayores. Cuando el Tesoro del Estado pide dinero tiene que explicar su déficit, diferencias entre ingresos y gastos -este año 40.000 millones de euros-, y al déficit hay que añadir los intereses por deudas anteriores -27.000 millones de euros-. El año próximo vencen 140.000 millones de euros, parte de esa deuda anterior, que debería ser renovada porque el Tesoro no tiene recursos suficientes para su devolución o amortización. Sumando todo eso, nos sale un agujero de 200.000 millones, para que el Estado funcione con normalidad. Pero, lo peor es que la deuda aumentará, si seguimos teniendo déficit todos los años. Así que, tanto en las familias como en el Tesoro se debería hacer lo que dicta el sentido común y la prudencia, ingresar más y/o gastar menos, porque si no estaremos a merced de la tiranía de los bancos y los mercados. ¿Cómo ingresar más o gastar menos? Eso será motivo de una próxima reflexión y debate.
Ángel Luis Jiménez Rodriguez

viernes, 5 de agosto de 2011

La visita del Papa.

Me embarga una grave duda, no sé si la visita del Papa en el mes de Agosto es una visita pastoral y privada o una visita del jefe del Estado Vaticano. Parece ser una visita de Estado por las medidas de seguridad planteadas y las precauciones tomadas para sacar de las plazas públicas a los airados, indignados, cabreados y todo colectivo que termine en “ado”. Pero, por la entrega a los asistentes de la mochila del peregrino con el libro para las ceremonias religiosas, el gorro y la camiseta con el lema de la visita papal a 210 euros por cabeza, incluido desplazamiento, comida y alojamiento, ya me parece más cosa de la Iglesia o del Corte Ingles (patrocinador del evento) que vende colonias (20€), sillas (25€), monedas (10€)… con el merchandising católico. Tampoco tengo muy claro por qué el poder civil de un Estado aconfesional o laico se tiene que someter al eclesiástico por esta visita que paralizará el centro de la capital española. Y por qué ocupan organismos e instituciones oficiales de la capital, establecen descuentos especiales en los transportes públicos para los asistentes y facilitan deducciones en los impuestos a los patrocinadores que pueden llegar hasta el 90% de las aportaciones realizadas. Las cantidades reconocidas por la Iglesia en aportaciones alcanzan los 100 millones de euros, sin contar las ayudas del Estado, Comunidad Autónoma y Ayuntamiento. Gasto que se irá tal y como vino. Sólo el Ayuntamiento movilizará a 12.000 trabajadores -4.000 de ellos agentes de la policía municipal- en un operativo que tendrá hasta un tercio de sus funcionarios trabajando del 16 al 21 de Agosto en las Jornadas de la visita del Papa. Para colmo, y lo más sorprendente, serán las consignas y mensajes anticonstitucionales que tendremos que soportar y aguantar las críticas a nuestro país por las leyes progresistas que nos hemos dado legalmente los españoles. Sin mencionar la pleitesía y dedicación de los medios de comunicación a la visita del Papa o la cobertura de las televisiones oficiales que nos lo van a servir hasta en la sopa. ¡Que dios nos coja preparados! O como decía mi padre ante situaciones límites: “Paciencia y barajá”.   
Ángel Luis Jiménez Rodriguez y María José Jiménez Izquierdo

jueves, 4 de agosto de 2011

El cinismo y la hipocresía del PP.

Ya ha pasado la tercera jornada de acosos a la deuda española y el Gobierno poco puede hacer sin la ayuda de las instituciones europeas, Banco Central (BCE), Fondo de Reserva y la capacidad de movilización y decisión de la Comisión Europea. La situación económica que estamos viviendo es preocupante, pero no grave, según dice la vicepresidenta económica, Elena Salgado, y depende de cómo evolucione en estos días la deuda española y la teórica cobertura de estabilidad del euro a corto plazo. Hoy, el Tesoro saca a subasta hasta 3.500 millones de euros a tres años. La confianza de los compradores, los intereses a pagar y la posición del BCE, nos confirmaran los síntomas y el tratamiento a seguir ante esta escalada del riesgo-país que está disparando las alarmas sobre un posible rescate a España. Improbable, pero no imposible. En este contexto, lo inmediato, urgente y necesario, que demanda nuestra economía y la ciudadanía es un pacto de Estado. Las dudas de los mercados sobre la solvencia de nuestro país por su debilidad económica, elevada tasa de paro y débil demanda interna con inciertas perspectivas de crecimiento a corto y medio plazo se apoyan en declaraciones de la oposición, patronal y sindicatos, que deben asumir esta grave situación y estar a la altura. Pero, una vez más, el Partido Popular, con su doble alma habitual, con su alma dividida, sale a los medios de comunicación a través de su portavoz para anunciar el diluvio universal por culpa de Zapatero.  Montoro anuncia que estamos en un punto de no retorno del rescate de España y Aguirre pide las elecciones ya, no debemos esperar ni a los plazos que marca la ley. Eso sí, Rajoy, el alma buena del PP, está dispuesto a ayudar y a escuchar al Gobierno, nos dice que tiene soluciones para esta situación, pero ni las presenta ni las explica. Que cinismo e hipocresía, no le interesa nada más que las elecciones y la toma del poder y para ello, cuanto peor, mejor. ¿A qué costo? Eso no les importa ni les interesa.

María José Jiménez Izquierdo y Ángel Luis Jiménez Rodriguez

miércoles, 3 de agosto de 2011

La ley de Murphy.

El agorero Murphy decía que sí algo podía ir mal, iría mal. Eso está ocurriendo entre hoy y ayer, entre Julio y Agosto, en la bolsa y con la deuda pública española. La bolsa vivió un lunes negro con un batacazo del 3,24% del Ibex 35, ante el temor a una nueva recesión económica en EEUU. El selectivo de la bolsa cerró en 9.300 puntos y la prima de riesgo coronó otro nuevo record en 374 puntos básicos (sobre coste del 3,74 en los tipos de interés de la deuda), el martes ha llegado a los 405 puntos básicos. Las compras y ventas de la deuda española, como siempre, la han realizado los bancos autorizados, sin embargo, no sabemos quién compra, vende o invierte con lo fácil que sería identificarlos con un NIF o DNI. La abstracción que llamamos mercado, en realidad, son los que tienen el dinero. Sólo con la medida de tener identificados a los especuladores adelantaríamos bastante para su control. Porque digo yo, habrá que poner racionalidad donde no la hay, pues la irracionalidad, hasta hoy, ha sido el comportamiento de los mercados financieros. Y me pregunto, para cuándo la puesta en práctica de esta sencilla medida financiera de tener identificados a los especuladores. No podemos olvidar que parte del problema de esta nueva oleada especulativa no sólo es de España e Italia, le seguirá Bélgica. Y la Eurozona, de vacaciones y el Banco Central Europeo, ausente. No hay nadie de guardia en la Unión europea para atender la situación volátil de los mercados en verano y poder coordinar una respuesta adecuada a esta gangrena especulativa. Necesitamos en Europa políticos con capacidad de liderazgo y plena dedicación para sacarnos de esta crítica situación. En EEUU parecen haber encontrado, tras varios días de incertidumbre, un sendero más o menos válido, aunque no exento de dificultades, para salir de la situación de suspensión de pagos potencial que amenazaba sus cuentas públicas. ¿Es posible en Europa? 

María José Jiménez Izquierdo y Ángel Luis Jiménez Rodriguez

martes, 2 de agosto de 2011

¿Qué se puede hacer?

Ayer terminó el peor mes del año en la Bolsa, tenemos que remontarnos a noviembre de 2010 cuando se produjo el rescate de Irlanda para encontrar algo parecido. El Ibex 35 español tuvo una caída mensual superior al 7%. También el diferencial del bono español a diez años frente al alemán cerró en 354 puntos básicos, (sobrecoste del 3,54% de interés de la deuda española) y el 18 de este mes llegó a superar los 366 puntos. Ni el comienzo de la reestructuración del sistema financiero español, ni el segundo plan de rescate griego han traído la calma a los mercados que siguen especulando con la deuda española. Igual que está ocurriendo con la italiana. Y es que ni la noticia del adelanto electoral al 20N, que decían tranquilizaría a los mercados, sirvió para amortiguar estas caídas. No será fácil salir del círculo vicioso en que estamos atrapados, sino se ponen en marcha normas que impidan estas operaciones especulativas. Y es que los episodios de bolsa y deuda del mes de Julio en España, al margen de las turbulencias financieras que sacuden Europa, son muy ilustrativos de la especulación que estamos sufriendo con la deuda pública de nuestro país. En este mes, los tipos de interés de la deuda española elevados artificialmente han supuesto un coste de 488 millones euros y en el año ya se aproximan a 3.500 millones de euros los costes de la deuda al Estado español. Y la operación es bien fácil para los especuladores. Cuando  el Estado anuncia que emitirá nuevos títulos de deuda en el mercado primario -este mercado es  donde los agentes financieros compran la deuda nueva-, los bancos venden en el secundario -donde se vende y se compra a otros agentes los títulos que tienen en su cartera antes de su vencimiento- hasta inundarlo con toda la deuda española que pueden, dando así la impresión de que nadie los quiere y dotándole de mayor aliciente al subir los tipos de interés para decidir la compra. Y a este tipo de interés crecido especulativamente tendrá que pagar el Estado la deuda nueva que va emitir y subastar. Esta subida no está asociada a los títulos, ni a que los potenciales compradores estén preocupados por la capacidad del Estado español para reintegrar su deuda. La deuda pública española es de las más bajas de Europa, se sitúa en torno al 60% del PIB. Y la prueba irrefutable es que cada vez que el Estado saca sus títulos a la venta, por cada euro de deuda que se oferta hay una demanda dispuesta a comprar hasta tres. Por supuesto, los bancos recompran con esta nueva y ventajosa rentabilidad la deuda antigua que acaban de vender en el mercado secundario. La operación es redonda: no sólo compran deuda nueva muy rentable, sino que elevan artificialmente la rentabilidad de los títulos que tenían. La contrapartida, para el Estado, es ruinosa: más recursos públicos regalados a los especuladores que tienen que pagar los españoles. ¿Tiene que ser este irremediablemente el destino de nuestro dinero? ¿Puede hacer algo más que lamentarse el Estado ? ¿No tiene fuerza el poder político para establecer normas que acaben con esta especulación? Ya está bien. Es hora de hacer algo. Y soluciones hay en España y en Europa.

María José Jiménez Izquierdo y Ángel Luis Jiménez Rodriguez.